Por: La subdirectora

Revisando las características agrícolas de varios países nos encontramos con una nación que, desde muchas perspectivas, contrasta con la nuestra. Se trata de los Países Bajos, un pequeñísimo país en el norte de Europa que ha logrado ocupar el segundo puesto en la producción y exportación de comida en el mundo, quedando detrás tan solo de los Estados Unidos, cuyo poder económico, tecnológico y vasto territorio pueden muy bien explicar dicho liderazgo agrícola.

Las más prominentes diferencias entre los Países Bajos y Colombia reposan en el grado de biodiversidad y en la extensión de los dos territorios. Los Países Bajos tienen uno de los niveles más bajos de biodiversidad de Europa y un territorio cuya superficie alcanza algo más de 41.000 km² (dos veces el área de Cundinamarca). Por contraste, Colombia es un país megadiverso, con una potencialidad inmensa para producir casi cualquier cosa. Además, posee un territorio 27 vez más grande, del cual la porción de neta destinación agrícola (unos 113.000 km²) equivale a casi tres veces el territorio total de los Países Bajos.

Sin embargo, son los Países Bajos y no Colombia los que ostentan la calidad de líderes en producción y exportación agrícola (hortalizas, flores y semillas). Los Países Bajos se encuentran entre los cinco primeros exportadores de papas, cebollas y tomates; en el segundo puesto por lo que toca a los vegetales y, en cuanto a las semillas, la tercera parte de las comercializadas en el mundo se originan allí. ¿Cómo lo logran con tan pocos recursos?

La respuesta es la innovación. Los Países Bajos han dedicado muchos recursos a la investigación del sector agrícola y al desarrollo de tecnologías útiles relacionadas. De hecho, han instalado lo que llaman el “Food Valley”, que es análogo a “Silicon Valley” pero con el objetivo de encontrar soluciones a la creciente y apremiante necesidad de alimentos en el mundo. Los holandeses venden no solo alimentos sino también el conocimiento que se requiere para su producción eficiente.

Algunas de las características de este exitoso modelo de producción agrícola-industrial son las siguientes:

  • Innovación e investigación; en lo cual juega un importante papel la universidad.
  • Un clima no muy riguroso en combinación con una geografía completamente plana. Sin embargo, esta ventaja se ve diezmada por el hecho de tratarse de un país muy pequeño y muy densamente poblado (alrededor de 411 personas por km²). La solución a esto es una agricultura altamente intensiva.
  • Apoyo a una alianza global por la seguridad alimentaria.
  • Interés por la protección ambiental y la sostenibilidad.

En contraste, en Colombia el sector agrícola pierde importancia sin que esto se vea reflejado en un aumento del sector industrial (que sería lo esperable en el contexto de las dinámicas de la economía de mercado), lo cual indica que además de que se ha dado prioridad a otros sectores de la economía, la producción no ha evolucionado hacia una mayor tecnificación y que faltan procesos de innovación que agreguen valor.

Es hora de explotar nuestro potencial, existen los recursos y probablemente un contexto mucho más favorable a ello con el fin del conflicto armado interno. La clave es estudiar, estudiar y estudiar: ello es lo que permite la generación de ideas innovadoras.