Por: María Isabel Peñaranda.
Departamento de Investigación y desarrollo
Grupo SYS

 

La defensa de las plantas al ataque de patógenos es un complejo de reacciones químicas armónicamente engranadas. Cuando un patógeno penetra un tejido vegetal, la planta inmediatamente reconoce al invasor y activa alarmas internas para bloquear el ataque y frenar la infección.  Los receptores de membrana captan la señal del invasor infeccioso y envían señales químicas al núcleo celular, donde se desencadena la síntesis de proteínas y sustancias de defensa (Fig 1).

Fig 1. Proceso de reconocimiento de la infección.

Dentro de los mecanismos de defensa, se encuentran las reacciones hipersensibles, producción de fitoalexinas, formación de barreras estructurales, proteínas relacionadas con la patogénesis y la resistencia sistémica. La resistencia inducida es una forma de defensa activa que involucra la expresión diferencial de genes y cambios metabólicos que ocurren como consecuencia de un proceso de reconocimiento específico entre la planta y el patógeno. (Madriz, 2002).

Incluso la muerte celular programada es un mecanismo de respuesta, que mediante la lignificación de paredes celulares forma una red con compuestos de celulosa, pectina y hemicelulosa que actúan como barrera física (Greenberg, 1997). Dixon, 2001, señala como mecanismo de respuesta una rápida síntesis de fitoalexinas para contrarrestar el ataque invasivo.

Las fitoalexinas son compuestos químicos sintetizados por las plantas. Su función es prevenir o contrarrestar el ataque de patógenos a partir de inhibidores químicos. Las plantas producen fitoalexinas en cantidades significativas después de haber sido infectadas por patógenos o bien después de haber sufrido daños en sus tejidos por agentes químicos o mecánicos (Agrios, 1986). Se requiere la alerta de un estímulo para que el metabolismo de producción de fitoalexinas se active.

Mogollon y Castaño (2011), estudiaron el efecto de diversos inductores de resistencia (Ácido salicílico, Acibenzolar-S-metil, ácido 2,6-dicloroisonicotinico, ácido 3-aminobutanoico y Fosfito de potasio, y los fungicidas Propiconazol y Clorotalonil) en Platano (Musa balbisiana AAB) contra sigatoka (Micosphaerella spp), encontrando que Fosfito de potasio fue el mejor inductor, mostrando mejor desarrollo, menores síntomas y menor severidad de la enfermedad. Los fosfitos de potasio en la planta, activan la producción de fitoalexinas que migran rápidamente al sitio de infección, dando respuesta al ataque del patógeno.

A diferencia de los fungicidas tradicionales, los fosfitos tienen doble circulación, es decir, se mueven a través del xilema y floema; por ello, su aplicación puede ser a cualquier órgano de la planta (hojas, tallo o raíz). La propiedad de transportarse por floema permite que llegue a las raíces junto con los fotosintatos para el control de enfermedades causadas por hongos del suelo, cosa que los fungicidas tradicionales no pueden hacer, ya que se mueven por xilema (ascendente), controlando solo a los hongos fitopatógenos del follaje. (Intagri, 2014).

Además de su efecto fitosanitario, los fosfitos mejoran la absorción y asimilación de nutrientes, la tolerancia al estrés abiótico y la calidad del producto cosechado. Promueven y mejoran el crecimiento de raíces, el rendimiento y el contenido nutricional de los cultivos. La aplicación foliar de fosfitos en prefloración de naranjos incrementó el número de flores, los frutos cuajados y la producción final. Albrigo (1997).

Cuando el fosfito se aplica vía edáfica, entra en contacto con microorganismos y mediante la oxidación a fosfato, se obtiene fósforo disponible para la planta. La oxidación del fosfito a fosfato suele ir de 2 a 3 meses dependiendo de las condiciones del suelo y de la actividad microbiana. La acción bioestimulante por parte del fosfito se presenta una vez que se tiene la suficiencia de fosfato en la planta (Intagri, 2017). Guest, D. & Grant, B., 1991, señalan que el fosfito puede ser absorbido por la raíz o las hojas, y se distribuye por toda la planta, siendo transportado vía xilema y floema. Por tanto, son efectivas las aplicaciones foliares y por fertirriego.

Los fosfitos de potasio, son producidos por reacción química del ácido fosforoso con hidróxido de potasio, y dan como resultado un compuesto que aporta fosforo y potasio en forma disponible y asimilable, que además de nutrir los cultivos, actúa como inductor de resistencia, frente al ataque de hongos fitopatógenos. En programas de manejo, representan una estrategia complementaria para nutrición y prevención de enfermedades fúngicas, reduciendo ciclos de aplicación de fungicidas. Esta ampliamente comprobado que el fosfito de potasio tiene un efecto especifico directo sobre hongos del orden “PERONOSPORALES” causantes de enfermedades conocidas como gotas, tizones, gomosis y mildeos en cultivos de rosas, papa, tomate, fresa, lechuga, cebolla, tabaco, cucurbitaceas, piña, uva, aguacate, cítricos y otras especies hortofrutícolas.

En estudios de aplicación de fosfitos vía foliar realizados en Rosa (Rosa sp), por Leon y Flores (2015), se encontró que el fosfito de potasio mejoró la resistencia con 6.54% de incidencia y 8.13% de severidad para “Oídio” (Sphaerotheca pannosa); y con 7.11% de incidencia y 11.46% de severidad para “Mildiu velloso” (Peronospora sparsa).

El fosfito de potasio ACUAPHYTE proviene del ácido fosforoso, activador del mecanismo de defensa en las plantas y es una fuente nutritiva rica en fósforo y potasio. ACUAPHYTE actúa como mensajero interno que advierte a las plantas que están siendo afectadas por un organismo (hongo, bacteria); esta señal estimula la producción de fitoalexinas.

Para satisfacer los requerimientos nutricionales, ACUAPHYTE es fuente de fósforo importante al inicio del cultivo para formación y desarrollo del sistema radicular y en las etapas de floración y fecundación. ACUAPHYTE como fuente de potasio, es importante para los procesos de producción de azucares, almidones y proteínas; estas sustancias son solutos que dan tamaño y peso a los granos y frutos. Por su alto contenido de potasio, ACUAPHYTE favorece el balance hídrico dentro de los frutos que se manifiesta en turgencia, frescura y calidad. Por tratarse de un fosfito ACUAPHYTE es un fertilizante de alta eficacia en comparación con otras fuentes de fósforo, tanto en aplicaciones al suelo como por vía foliar. En el suelo, los fosfitos son 4 veces más móviles que los fosfatos. Vía foliar los fosfitos ingresan dentro de las hojas en 3 o 4 horas, mientras que los fosfatos requieren 36 horas.

 

Bibliografía

  • Afek, U. y Stejnberg, A. 1989. Effects of Fosetyl-Al and phosphorous acid on scoparone, a phytoalexin associated with resistance of citrus to Phytophthora citrophthora. Phytopathology 79:736-739.
  • Agrios, G.N. 1986. Fitopatología. Ed. Limusa. México D.F.
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  • Förster, H., Adaskaveg, J.E., Kim, D.H. y Stanghelleni, M.E. 1998. Effect of phosphite on tamato and pepper plant and on susceptibility of pepper to Phytophthora root and crown rot in hydroponic culture. Plant Disease 82:1165-1170.
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  • Madriz, K. 2002. Mecanismos de defensa en las interacciones planta- patógeno. Manejo Integrado de plagas. Costa Rica. N° 63 p.22-32.
  • Mogollón Ortiz, A., J. Castaño Zapata. 2011. Efecto de inductores de resistencia en plántulas de plátano dominico hartón (Musa balbisiana AAB) contra Mycosphaerella spp. Rev. Acad. Colomb. Cienc. 35 (137): 463-471, 2011. ISSN 0370-3908.
  • Intagri. 2017. Fosfito como Bioestimulante en la Agricultura. Serie Nutrición Vegetal Núm. 99. Artículos Técnicos de INTAGRI. México. 4 p. En:  https://www.intagri.com/articulos/nutricion-vegetal/fosfito-como-bioestimulante-en-la-agricultura.
  • Intagri. 2014. Uso de Fosfitos en la agricultura. En: https://www.intagri.com/public_files/Fosfitos%20en%20la%20Agricultura.pdf
  • Leon F J. Flores A E. 2015. Respuesta del cultivo de rosa (Rosa sp.), a tres fuentes de fosfitos en aplicación al suelo y follaje como inductores de resistencia y calidad de flor. Ayora, Pichincha. Tesis Ingeniería Agronómica. Quito: UCE. 92 p. En: http://www.dspace.uce.edu.ec/handle/25000/4548