Continuando con esta serie de entregas en las que entrevistamos mujeres especialmente destacadas de la floricultura colombiana, pero además en consonancia con el tema de este número, que es el especial sobre los agrónomos a propósito de su día, en este artículo les hablaremos de Efigenia Cala Gómez, ingeniera agrónoma santandereana (San Gil) con 30 años de experiencia profesional, graduada de la UPTC de Tunja, madre de una hija y actual gerente de producción de Bicco Flowers.

Cómo empezó su carrera en flores

La agronomía siempre estuvo en los planes de Efigenia, pues desde que era muy joven lo veía como un campo en el cual se puede trabajar de forma independiente. Incluso antes de empezar a estudiar su carrera, ya había incursionado en la siembra y comercialización de ciertos productos, como por ejemplo, las fresas.

A pesar de que cuando estudiaba en la UPTC era opinión generalizada de los estudiantes (y quizá ella la compartía) que la floricultura no era un buen lugar para trabajar, Efigenia tiene más de 30 años de experiencia en el sector floricultor y hoy en día afirma que ama su trabajo, las flores, y que no hubiera podido hacer una mejor elección.

Puesto que recién graduada debía responder por sus compromisos contraídos con el ICETEX, empezó a trabajar inmediatamente en una feria de exposiciones en Tunja, donde le correspondía vender plantas. Pues bien, alguno de sus clientes quedó encantado por la forma en que vendía (virtud por la que aún se destaca) y le ofreció trabajo como agrónoma en una finca de alstroemelia. Muy poco después la recomendaron con un conocido floricultor de la Sabana de Bogotá, Francisco Bazzani, y fue entonces cuando empezó a trabajar en La Plazoleta, que en aquella época era una empresa pequeña.

Hubo un corto periodo de tiempo durante el cual se separó de sus funciones en la Plazoleta. En ese tiempo (3 años) manejó el programa de roya blanca en pompón en Agrícola el Jardín y luego desempeñó múltiples funciones en Tokai Hanaichi manejando rosa, clavel y pompón. Entre sus funciones estaban preparar soluciones nutritivas, manejar los productos, hacer formulas y balances y, muy importante, vérselas con el sindicato. Efigenia se destacó por su liderazgo. Tokai Hanaichi estaba dividido en dos fincas. Una de ellas se llamaba Tokai y la otra Hanaichi. Pues bien, Efigenia estaba encargada de Tokai, y debía lidiar con su fuerte sindicato. Tan bien lo hacía que conseguía que los trabajadores de Tokai siguieran trabajando mientras que los de Hanaichi paraban y se declaraban en huelga. Esto se debía a los emotivos y convincentes discursos con los que lograba motivar a los operarios.

De nuevo en La Plazoleta

Poco después Efigenia se reintegró a la Plazoleta, donde tuvo que afrontar un proceso de diversificación. Entonces la compañía era una importante productora de gypso, sin embargo, en aquel momento entró Ecuador al mercado contando con unas condiciones climáticas y de luminosidad altamente competitivas en términos de productividad. Fue así como la Plazoleta empezó a extender su producción en varias direcciones, sacando diferentes fillers, como por ejemplo veronicas, molucelas, celosías, bluperium, astilbe, fisostequias y snap dragon.

Este periodo de diversificación fue muy importante para su recorrido profesional pues le enseñó a ser observadora, a evaluar y experimentar permanentemente. A la postre, estas habilidades le sirvieron en el desarrollo de más productos.

Bicco Flowers

La Plazoleta sufrió algunos cambios administrativos hace algunos años, por lo que Efigenia pasó a formar parte del equipo que hoy en día se llama Bicco Flowers. Allí, nuestra protagonista se ocupa principalmente del cultivo de alstroemelia.

Efigenia participa en el proceso de desarrollo de la planta de principio a fin.  Afirma que todas las partes de este proceso (campo, postcosecha, comercial y gerencia) le interesan y apasionan. Tal es su experticia que hay breeders que la visitan en la compañía con el propósito exclusivo de escuchar su concepto sobre el desarrollo de un producto.

En la actualidad se encuentra trabajando en una variedad de alstroemelia que tiene más botones, un solo piso de flores (y no varios como la flor común),  menos vetas o rajas, y que en suma, se podría comparar con la orquídea o la hortensia.

Continuo aprendizaje

En su opinión, la floricultura es un lugar donde se aprende continuamente, pues todos los años hay que enfrentarse a retos diferentes y saber encontrar soluciones. Aveces hay dificultades con el precio del dólar, otras veces con las plagas, el tiempo puede ser demasiado seco o demasiado lluvioso, se pueden presentar heladas, y a pesar de todo eso hay que mantener excelentes estándares y cumplir con los clientes. Esto convierte a quienes se ocupan con las flores en personas creativas que ven más que problemas, soluciones. Así es Efigenia, una profesional que es capaz de resolver problemas.

Además de esta dinámica, el intercambio de conocimientos con otros expertos, como Daniel Durán, a quien considera su profesor, y los viajes, han servido a Efigenia para consolidar sus conocimiento. Visitas a cultivos y ferias en países como Holanda, Israel, Rusia e Inglaterra han enriquecido su experiencia profesional.

Gracias a todo ello hoy en día puede decir que domina importantes técnicas útiles, por ejemplo, en la formulación para alstroemelias, solidago y estatice, y la incorporación de residuos, conocimientos que le permiten lograr flores de primera calidad y que la convierten en una pieza clave de la compañía.