Tan pronto como nos fue posible salir de la ciudad fuimos a visitar a Tatiana Gómez Rodríguez, quien nos recibió calurosamente y con todas las precauciones del caso en los laboratorios del Grupo Chía. Nuestro propósito era conocer y entrevistar a otra de las mujeres notables de nuestro gremio y escribir la siguiente nota, que como saben nuestros lectores, es ya un espacio tradicional de la Revista. 

Tatiana Gómez, microbióloga bilingüe de la Universidad de los Andes y fitopatóloga (MSc) de la Universidad Nacional, es la Jefe de Investigación y Desarrollo en Sanidad Vegetal del Grupo Chía. Mientras nuestra amable protagonista nos mostraba las diferentes instalaciones del laboratorio, nos explicaba algunas de las labores que ella dirige y que realizan diferentes profesionales que, al pasar, vimos abstraídos en microscopios y cajas de Petri. 

Después nos sentamos a tomar un café y fue entonces cuando Tatiana empezó a relatarnos su trayectoria profesional, que desde el principio ha tenido que ver con las flores. 

Inicios

A pesar de que ninguno de su familia estaba dedicado a este campo, desde muy temprana edad Tatiana mostró interés por las ciencias biológicas y, en especial, por el mundo microscópico. Fue así que empezó la carrera de microbiología en la Universidad de los Andes, dando a sus estudios un enfoque que pocos tomaban: la línea de plantas. Con la materia de fitopatología empezó a profundizar conocimientos en esa área, de modo que antes de graduarse y empezar a trabajar en flores, ya tenía mucha familiaridad con sus plagas y enfermedades. 

El primer puesto de Tatiana Gómez fue en el laboratorio de Agroidea, donde trabajó durante algo más de un año. En ese entonces trabajaba en su tesis de grado, que se tituló “Caracterización genética molecular y morfológica de aislamientos de Botrytis en rosa”. La investigación se hizo con el apoyo de la Universidad de Chile y algunas empresas como Bayer y el Grupo Chía. 

Este trabajo permitió a nuestra entrevistada entender muchas más cosas de la Botrytis, desde cómo funciona y cómo se comporta frente a los fungicidas, hasta cómo se controla en otros países (como Chile y Francia) para otras especies (vid, arándano y kiwi). En opinión de Tatiana, el manejo de Botrytis es más difícil en rosa que, por ejemplo, en los arándanos y vides que se cultivan en otras latitudes. Esto se explica por dos factores. En primer lugar, porque en el contexto de la producción de flores la perfección es fundamental y, en segundo lugar, porque el manejo de rosa no es estacional, así que hay que estar alerta todo el tiempo.

Nuestra entrevistada considera que la Botrytis es el peor problema de las flores porque le da a todos los cultivos y, si no se controla, llega al cliente. Las demás enfermedades pueden echar a perder la producción, lo cual es ya grave, pero la Botrytis puede hacer perder el cliente.

Conocer la Botrytis a profundidad ha ayudado mucho a Tatiana a lo largo de toda su carrera. Uno de los puntos en que hizo énfasis fue que el problema no radica solo en el patógeno, sino que también hay otros factores que se relacionan entre sí y que deben ser tenidos en cuenta para que el manejo sea verdaderamente integral. Está la planta, que debe ser sana y fuerte; está el factor humano, que debe valorarse y estar suficientemente capacitado para cuidar las plantas; y, por último, está el ambiente, que aunque es más difícil de controlar, se pueden tomar medidas para que sea sano y favorable a las plantas.

Comprender esto permite plantear mejores estrategias de control (que no debe ser solamente químico, sino también cultural y biológico). Si se fortalecen estos pilares del manejo integrado de plagas y enfermedades – ambiente, personas, plantas y reacción al patógeno – se pueden hacer gastos y ahorros mucho más inteligentes.

MG Consultores y Grupo Chía

Pasado un año largo en Americaflor, Tatiana empezó a trabajar en el laboratorio de sanidad vegetal de MG Consultores, donde se ocupaba de hacer el acompañamiento en materia de plagas y enfermedades a las fincas. Además, estando allí tuvo también la oportunidad de dirigir la propagación de rosa. 

Después de aproximadamente 10 años, el laboratorio de MG Consultores se integró al del Grupo Chía, por lo que desde ese entonces labora para esta última compañía. En Grupo Chía, Tatiana Gómez dirige el laboratorio de sanidad vegetal, el área de investigación y desarrollo, y hace acompañamiento a las empresas del grupo, por lo que debe viajar frecuentemente a Antioquia y Ecuador. Como se puede ver, la carrera de Tatiana ha sido fundamentalmente investigativa y científica, características que sin duda enriquecen un sector tan esmerado en la precisión y la perfección, como lo es el de las flores. 

Consciencia ambiental 

Como siempre, preguntamos a nuestra entrevistada su opinión acerca de la situación medioambiental actual y su relación con el sector de las flores. 

Al respecto, nos explicó que a diferencia de otros tiempos en los que el enfoque del control de plagas era principalmente químico, hoy el manejo es mucho más integrado, incorporándose los aspectos cultural y biológico dentro de las prácticas. 

De acuerdo con Tatiana, hoy en día la industria es mucho más racional en el uso de los recursos y, también, mucho menos contaminante. Hoy todo es más exacto, preciso y coherente, y esto es producto de que hay en el mundo y en el sector una mayor consciencia ambiental. 

Ha habido un cambio que constituye una mejora, pues actualmente los productos se usan de acuerdo con el monitoreo, no de acuerdo con el calendario, se hacen pruebas de eficacia de los productos y hay una mejor rotación de plaguicidas y fungicidas que es coherente desde el punto de vista técnico. Adicionalmente, las compañías se cuidan en conseguir y mantener sellos ambientales, se cuida mucho más a las personas que trabajan en las fincas y se ejercen las prácticas necesarias para no impactar negativamente a los insectos polinizadores.  

Para Tatiana, la floricultura colombiana es una industria avanzada; un sector cuya calidad técnica, científica, ambiental y social se puede catalogar como superior. Por eso afirma que si Dios se lo permite, seguirá trabajando en flores hasta la muerte. 

Para mejorar el sector agrícola…

Para despedirnos de nuestra protagonista, le preguntamos qué cree que necesita el país para mejorar el sector agrícola. Sin dudarlo, nos respondió que es fundamental mejorar en el campo de la investigación. Se necesita destinar más tiempo y dinero a ello, pues los esfuerzos que existen son demasiado aislados y poco conocidos. Para ello es clave mejorar las relaciones entre las universidades y las empresas privadas, de modo que se pueda trabajar en soluciones aplicables en campo con las que todos, tanto la academia como la industria, obtengan buenos frutos. 

Agradecemos a Tatiana habernos concedido esta entrevista y deseamos que continúen sus éxitos profesionales.