Por: Panagiotis Karanikas
Hubo un tiempo en que el agricultor debía plantar él mismo la comida que consumía o conseguir alguien más que lo hiciera por él. En estos días, los avances en la tecnología moderna han ayudado a revolucionar la industria de la agricultura y hacer el trabajo de la siembra y cosecha mucho más eficiente. Desde las estaciones robóticas de ordeño de vacas y dispositivos electrónicos de etiquetado de ganado hasta aplicaciones de riego y tractores sin conductor, la vida en la granja se ha convertido en un asunto de alta tecnología. Algunas de las herramientas más novedosas en el sector son los aviones no tripulados de bajo costo, en que los agricultores están confiando para sacar adelante su negocio agrícola.
No todos los drones son iguales. Aunque hay aviones sin piloto que han utilizado con fines bélicos, también hay otros drones que corresponden a las extrañas máquinas voladoras que se pueden encontrar zumbando en su parque local o quizás en su próximo viaje a la Casa Blanca. Los drones agrícolas tienden a parecerse más al tipo aficionado, los pequeños quadcopters que se ciernen en el aire con la ayuda de una serie de pequeñas hélices. Por lo general, ellos mismos se dirigen, usando un sistema de GPS, y están equipados con una cámara fotográfica.
La mayoría de los agricultores que utilizan aviones no tripulados envían los dispositivos voladores a lo alto de sus parcelas, donde las máquinas toman fotos claras y rápidas de los campos. A menos que tengan acceso a un avión, helicóptero, aerodeslizador o algún otro mecanismo de vuelo, los agricultores con drones disponen hoy en día de una vista de su tierra que nunca antes habían tenido. Muchos de los dispositivos están diseñados para comunicarse con el software que utiliza los capturas aéreas para crear un mapa de alta resolución con información detallada sobre lo que está sucediendo con las cosechas.
Por ejemplo, OCEALIA Group es una cooperativa agrícola francesa pionera. Desde el año 2015 ha empleado drones de agricultura sensorial y la experiencia en agronomía de AIRINOV para evaluar y tratar con más precisión más de 300 cultivos de sus miembros. El resultado: un aumento promedio del 10% en los rendimientos de los cultivos.
Hasta la fecha, los dos aviones de agricultura ecológica de OCEALIA han sobrevolado más de 3.900 ha de canola y 3300 ha de cereales, a saber trigo, cebada y triticale (un híbrido entre el trigo y el centeno). Los resultados de OCEALIA son un ejemplo sólido y real de cómo los datos de drones y el análisis algorítmico pueden tener un efecto beneficioso real en los negocios de los agricultores.
Los drones podrían ser utilizados también para conocer el estado del suelo, la presencia de plagas y las necesidades de riego del cultivo, pues las máquinas también cuentan con tecnología infrarroja que se utiliza para establecer distinciones entre cultivos sanos y dañados. Con el tiempo, una serie de fotos de drones da a los agricultores una buena imagen de cómo sus cosechas están cambiando y si los métodos y técnicas agrícolas utilizados están funcionando.
Esta información puede ahorrar dinero a los agricultores. Les da la oportunidad de inspeccionar y tratar las áreas de cultivo enfermas o infestadas antes de que los problemas se extiendan a otros lugares. También les permite limitar el tratamiento a las áreas problemáticas, en lugar de intervenir el cultivo de forma general.