Por: Libardo Alfonso López Martínez
I.A. UNal de Palmira
Esp. Gestión Inmobiliaria Rural

 

Si alguien me preguntara qué es un ingeniero agrónomo, yo diría que es un ser humano con vocación por el campo y sus habitantes permanentes, los campesinos. La ingeniería agronómica es una carrera multidisciplinaria, compleja y no siempre bien remunerada, pero aun así los que la ejercen lo hacen con vocación y mucha satisfacción. En nuestro país la gente dedicada a las labores del campo, ya sea un campesino empírico o un agrónomo técnicamente preparado, actúan con un sentido patriótico y en forma casi aislada ante la falta de políticas favorables por parte del estado en cuanto a la producción agrícola. No obstante, ambos luchan  por hacer productivos y rentables los cultivos en las diferentes regiones colombianas.

No hay que olvidar que el ingeniero agrónomo procura principalmente la sostenibilidad alimentaria de la humanidad, con base en técnicas apropiadas para el manejo de los diferentes cultivos, ya sea de productos alimenticios para consumo directo o bien de materias primas que se trasformarán en bienes útiles en los procesos agroindustriales. Igualmente se ocupa de la producción agrícola en sectores más especializados y con fines de exportación como lo son las plantas ornamentales cuyo valor está fundamentalmente determinado por su atractivo estético y la calidad óptima del producto final, es decir las flores.

Hay que tener en cuenta que los conocimientos aplicados por el ingeniero agrónomo deben ser compatibles con el cuidado del medio ambiente y sus diferentes componentes: el agua, el suelo, el aire, la biodiversidad, las condiciones climáticas y geográficas y, desde luego, las mismas comunidades campesinas. Por consiguiente, el ingeniero agrónomo debe planear y actuar con mentalidad ecológica, dado que maneja ante todo un agroecosistema. Debe poseer conocimientos muy precisos acerca de las plantas cultivadas y protegerlas de los factores limitantes como las malezas, las plagas y las enfermedades con base en técnicas agronómicas racionales. Complementariamente,  debe poseer conocimientos adecuados sobre riego y drenaje, administración y mercadeo agrícola, servicios de extensión o transferencia de tecnología, análisis de los costos de producción y la relación costo-beneficio en cada uno de los cultivos que le corresponda manejar. En resumen, debe actuar con visión holística y enfrentar los problemas del campo de manera integrada y realizar un balance entre los intereses del agricultor, la inversión económica y su tasa de retorno en términos económicos, sin descuidar el mayor  o menor impacto ambiental de las técnicas agronómicas que decida aplicar.

Por otra parte, es importante mencionar que un ingeniero agrónomo debe integrar sus saberes técnico-científicos con los saberes empíricos de los campesinos y de esta manera trabajar unificadamente con el fin fundamental de obtener buenas y suficiente producciones para satisfacer las necesidades propias del autoconsumo familiar y las exigencias cualitativas y cuantitativas de la comercialización y rentabilidad de sus productos agrícolas. Debe tener siempre presente que el campesino en particular y en general las comunidades rurales merecen un trato respetuoso y amistoso que valore la condición humana y humilde del habitante del campo, del cual el ingeniero agrónomo tiene mucho que aprender.  Todo lo anterior está marcado en una actitud humanitaria del profesional de la agronomía para con las comunidades campesinas a las cuales presta su servicio con base en sus conocimientos técnicos.

Por último, debo rescatar la vigencia que tienen las palabras de un veterano ingeniero agrónomo de 92 años de edad, Hernando Pino un reconocido asistente técnico, que durante la celebración del día del ingeniero agrónomo en Buga (Valle), nos expresó emocionado: “¡Siéntanse siempre satisfechos con su profesión y orgullosos de ser ingenieros agrónomos!”