Por: Julio A. Caldas
Directo Comercial CYC Brokers
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Los cambios cada vez más drásticos del clima afectan directamente los ecosistemas planetarios y, con ello, la sostenibilidad de múltiples industrias, entre las que se encuentran el agro y la floricultura.

De acuerdo con un reciente informe del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, Colombia es el segundo lugar con mayor biodiversidad de la Tierra. Así mismo, el país se encuentra entre las 12 naciones más megadiversas del planeta.

El territorio colombiano posee una gran diversidad de gente y una enorme variedad de plantas y animales. A lo largo y ancho del país se registran aproximadamente 54.871 especies, de las que 30.436 son plantas y flores. Dentro de las flores, hay registro de 1.543 especies únicas de orquídeas que florecen solamente en nuestra nación.

La calidad del suelo y el clima tropical del país han permitido que Colombia se consolide como uno de los países líderes en exportación de flores en el mundo, generando ingresos de alrededor de 1.423 millones de dólares anuales, que representan el 17% del impuesto de renta del agro colombiano, como lo registró Procolombia en 2019, año previo a la pandemia del Covid-19. Esta actividad económica se ha convertido en uno de los mayores generadores de trabajo en el país. De acuerdo con la Asociación Colombiana de Exportadores de Flores, la producción de la flor colombiana genera más de 1.400 empleos directos e indirectos en más de 60 municipios del territorio. 

Entendiendo la relevancia de este sector para el desarrollo y competitividad del país, es importante tener en cuenta el cambio climático, que es el mayor riesgo que enfrenta la humanidad en la actualidad, por encima de pandemias y conflictos. Se trata de uno de los factores determinantes en la sostenibilidad de los ecosistemas, el agro y, dentro de él, la industria floricultora colombiana. Según datos presentados por la ONU, Colombia es el tercero del mundo con mayor vulnerabilidad frente al cambio climático, lo que podría afectar seriamente a más de 400 empresas que se dedican al desarrollo agroeconómico a lo largo del territorio nacional. 

Entre las principales afectaciones derivadas del cambio climático se encuentran el aumento de la temperatura terrestre causada por los gases de efecto invernadero, el derretimiento gradual de los polos y el aumento del nivel del mar. Además, cambios de clima repentinos y fenómenos como El Niño y La Niña se presentan con mayor frecuencia y severidad, afectando directamente la actividad agrícola al poner en peligro la seguridad alimentaria y económica de los actores implicados en los procesos alrededor del agro.

Esta condición no ha pasado desapercibida. El Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT) alertó que con el paso del tiempo es probable que se presenten aumentos significativos de la temperatura, precipitaciones más erráticas y mayor prevalencia de plagas y enfermedades; heladas, excesos de lluvia, sequías, tormentas y granizadas que, aunque han existido siempre, se irán presentando con mayor intensidad y periodicidad.

Todas esas condiciones han supuesto una serie de desafíos para las organizaciones dedicadas al agro, como los floricultores. Para garantizar la sostenibilidad de las operaciones, resulta indispensable analizar estas mega-tendencias, lo que les permite a las empresas y personas identificar riesgos y oportunidades para proteger las cosechas, no solo desde un manejo técnico adecuado, con tecnologías que mitiguen los cambios de clima, sino también para que cuando se materialicen eventos climáticos inesperados, se pueda contar con un respaldo que proteja la cosecha y las finanzas de los cultivadores. 

Para ello, ponemos a disposición de los floricultores un Seguro Agro que ampara los cultivos contra eventos climáticos o naturales que afecten o causen daño directo o parcial a las plantas. Todo esto con el fin de salvaguardar la inversión de los productores y ayudar a la mitigación del riesgo climático del agro en Colombia. Con este respaldo, los cultivadores podrán recuperar los costos de producción invertidos, responder por las obligaciones financieras que pudieran verse afectadas dentro del proceso de producción floral, continuar con la actividad agrícola y tener vigencia en el mercado luego de las afectaciones.

Teniendo en cuenta los diferentes factores de riesgo que se presentan en la actualidad y previendo los riesgos a futuro, ofrecemos soluciones innovadoras para acompañar y proteger la cotidianidad de los colombianos y los productores agrícolas. Así mismo, contamos con robusta capacidad de atención y aseguramiento, lo cual nos permite brindar servicios que se adecuan a las necesidades únicas de nuestros clientes. Y ahora, con el surgimiento de riesgos climáticos que pueden afectar a la industria del agro, la compañía se presenta como un aliado que respalda su inversión y protege su organización.

Las organizaciones que entiendan los efectos que tendrá el cambio climático sobre sus compañías serán aquellas que podrán garantizar la sostenibilidad en el largo plazo, pues comprenderán que su gestión del presente garantizará su operación en el futuro.