Por: I.A Jairo Sáchica

“La magia de lo simple”, los aminoácidos, molécula tan sencilla pero fundamental para la vida, sin ellas no hay vida, y en deficiencia hay caos; clave para la síntesis de proteínas y para el desencadenamiento de todo proceso metabólico en los seres vivos.

Los aminoácidos son moléculas orgánicas compuestas de carbono, hidrógeno, oxígeno y nitrógeno. Su nombre se debe a los grupos funcionales que contiene: un grupo amino básico (NH2) y un grupo carboxilo ácido (COOH) unidos a una cadena carbonada (R).

La acción de los aminoácidos sobre el organismo vegetal siempre se ha centrado en su acción de ayudar a superar situaciones de estrés y de gran actividad metabólica como las que se producen en las fases de enraizamiento, despegue, brotación, floración, fructificación y concentración de azúcares. Los aminoácidos son denominados la alcancía fisiológica de la planta, pues están allí dispuestos a realizar su función especializada en el momento en que se necesitan. Para estar listos, es necesario que la planta previamente requiera del máximo  de energía para producirlos a partir de la captación fotosintética, respiración y transpiración,sintetizados en las plantas por procesos de aminación y transaminación; síntesis que depende de la disponibilidad  de nitrógeno, hidrogeno, carbono, oxígeno y azufre parcial. El nitrógeno ingresa a la planta en forma de (NO3) y luego en forma amoniacal, lo cual implica un consumo energético muy importante (NH4) descuidando otros procesos metabólicos y que en algún caso se transforma en un distractor trascendental productivo. Una vez formado en NH4, se liga a cadenas carbonadas para iniciar la síntesis de los aminoácidos y, según la disposición de los aminoácidos, se ubican de tal manera que pueden ser L o D en un proceso cíclico y dinámico de reacciones enzimáticas. 

Los D son cadenas de aminoácidos proteicos unidos por enlaces péptidos, que son moléculas más grandes y limitan su absorción y penetración en los tejidos vegetales por vía estomática.

Los L son moléculas libres, individuales que son fácilmente absorbibles por la planta y que en la planta se presentan hasta de 300 formas siendo 20 las frecuentes y dentro de las cuales son 18 imprescindibles para las funciones metabólicas de la planta.

Pero la pregunta es, ¿por qué distraer a la planta en sintetizar los aminoácidos y gastarla energéticamente, pudiéndose suministrar externamente de una manera natural y con un balance ideal? Esa energía para la síntesis la puede utilizar la planta para obtener su proceso máximo de naturaleza, que es la reproducción (aumento en producción) de manera que la planta los guarde y los deje en reserva en su alcancía para usarlos inteligentemente en el momento en que el proceso fisiológico o su metabolismo o grado de estrés lo requiera y que el ojo humano no lo detecta sino por fenotipia, a veces muy tarde.

Las aplicaciones foliares de aminoácidos abren nuevos capítulos de conocimiento en la interacción fisiológica de todo proceso artificial o natural que reciba la planta. Hoy los aminoácidos son parte fundamental en los conceptos modernos de la nutrición y metabolismo de las plantas, siendo aliado de los demás productos nutricionales y de prevención sanitaria porque potencializan su acción y aumentan la absorción por vía foliar.

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