Por: Sara Delgado Vásquez
Estudiante Ingeniería Agronómica
I Grupo de Entomología de la U. Nacional– GEUN 

Francisco C Yepes Rodríguez 
Profesor Asociado. U. Nacional 
Sede de Medellín. 

Introducción

La literatura es prolija en resultados relacionados con las virtudes medicinales de los vegetales. La información etnobotánica se origina en la investigación proveniente de las comunidades indígenas ubicadas en todos los puntos cardinales de Colombia. También en las publicaciones de los científicos botánicos, que se han centrado en destacar las evidencias de las curaciones respaldadas en sus principios activos, contribuyendo enormemente a la difusión de estos conocimientos. Gracias a la expedición botánica, con sus colecciones e ilustraciones de plantas destacadas en Colombia, varias especies vegetales se convirtieron en insumos o material de exportación de importancia médica.

Los artrópodos no han corrido con la misma suerte. Muy pocas personas sienten admiración por ellos. Es más común el miedo a sufrir algún daño corporal o a padecer alguna afección de la salud originada en sus mordeduras o picaduras. Los padres actuales no destacan su importancia en los ecosistemas, no dignifican la entomofagia ni educan a sus hijos en la conservación de las especies con destacados poderes medicinales. 

La etno-entomología se valida por medio de los conocimientos ancestrales de las comunidades indígenas, heredados por los ancianos de los territorios rurales y unos cuantos habitantes de los barrios de los pueblos alejados de las capitales. Se debe recordar que los invasores españoles y portugueses no viajaron con los médicos europeos. Sus enfermedades fueron aliviadas por chamanes, jaibanás o curanderos y seguramente entre sus insumos se incluyeron los artrópodos de comprobada eficacia.

Es probable, por ejemplo, que en los pocos objetos que quedan como herencia de algún tatarabuelo adorado esté el frasco empolvado con un alacrán sobrenadando en alcohol no cristalino, utilizado para aplacar sus dolencias musculares.

1. ¿Qué es la etnología?

Como dice Nolasco (2002), “el inicio del siglo XX marca el nacimiento de la etnología como ciencia de la cultura, como disciplina de la antropología dedicada al análisis de la diversidad cultural desde un enfoque comparativo”.

La etnología es considerada pieza referente de la antropología cultural. Es una rama de la ciencia que se cimienta en la recopilación y observación de las tradiciones de civilizaciones pasadas, estudiando la historia de las culturas hasta transmitir esta información, llevando a una construcción de sus hábitos y costumbres. 

Se puede encontrar una amplia variedad de temas con distintos matices que se recopilan en uno solo: la cultura. El estudio abarca temas desde lo artístico, religioso, político, medicinal y gastronómico, determinando cuáles eran esas típicas costumbres que llevaron a la edificación de una civilización sólida y persistente, agrega el autor ya citado. 

Su objetivo fundamental es el estudio de la diversidad cultural, distinguiendo la construcción de la sociedad al atravesar las distintivas épocas y absorber las diversas tradiciones que le han llevado a cimentar la cultura presente, y a su vez, lo que tendrá como resultado en la herencia para las generaciones posteriores, concluye Nolasco (2002).

2. ¿Qué significa etno-entomología?

Al analizar un aspecto más amplio, la zooterapia se puede considerar como el uso de los artrópodos con fines medicinales con respecto al ser humano. Especificando la ento-entomología como la relación entre humanos e insectos, esta rama de la etnología hace referencia al estudio científico de las relaciones totales que se han consolidado con el uso de los insectos (Costa- Neto et al, 2006).

Los artrópodos ofrecen amplias posibilidades útiles para el humano, las cuales marcaron gran diferencia en culturas antiguas, transmitiéndose hasta las generaciones actuales. Su uso no solo se limita a aspectos agronómicos, sino también a la elaboración de medicinas, e incluso, se utilizan como ingrediente principal de banquetes gastronómicos. 

3. ¿Cuáles son las ramas de la etno-entomología?

* Entomofagia: Los artrópodos se pueden incluir en la dieta alimenticia de los humanos. Se pueden consumir en sus diferentes estados de desarrollo y poseen un gran valor nutritivo que puede aportar cantidades de proteínas y calorías similares a los animales superiores (Zaragozano, 2018).

* Entomoterapia: Son diversas las culturas que han tomado como base los artrópodos en la producción de medicinas, elaborando diferentes productos para las dolencias que afligen al ser humano. Algunas civilizaciones tenían como tradición su uso para aliviar dolores físicos, concentrándose en utilizar estos ejemplares en rituales místicos, constituyéndolos así en una fuente importante para la sanación mental y la conexión espiritual (Costa-Neto et al, 2006). 

3.1. Virtudes medicinales de los artrópodos adultos

Son muchas las especies registradas en la literatura universal por su importancia en la medicina popular. Entre los artrópodos estudiados se pueden mencionar a los alacranes de cuyos venenos se preparan antídotos; las abejas, que con sus picaduras alivian las dolencias musculares y algunos escarabajos (Coleoptera: Meloidae), famosos por sus poderes afrodisíacos (Figura 1).  

Los productos derivados de estos individuos tienen un amplio uso medicinal, enfocándose en enfermedades tanto externas como internas del ser humano. Entre el abanico de posibilidades se encuentra la elaboración de pomadas, ungüentos, y jarabes. Cabe resaltar su importancia en algunas culturas que le han convertido en pieza fundamental para la construcción y elaboración de brebajes, que son utilizados en rituales de temática religiosa y de sanación mental, de fundamentación mística y tradicional.

La entomoterapia ha sido transmitida de una generación a otra al compartir y enseñar la diversidad de maneras en que se pueden utilizar los artrópodos, que si bien son ignorados e incluso menospreciados, poseen características tan atrayentes e importantes que pueden favorecer y beneficiar la salud humana, al poseer bioactivos importantes en la farmacéutica (Costa-Neto y Resende, 2004). 

Es el caso concreto de la miel obtenida por Apis mellifera L., que fue utilizada para aliviar heridas tópicas y en los ojos, así como los dolores de estómago. Por otra parte, se han encontrado registros de la utilización de las cucarachas para combatir las dolencias en el oído, o en tratamientos para la epilepsia, al ser molidas y mezcladas con aceite para hacer más efectivo su método de acción. Un caso particular son los escarabajos, que en conjunto con una mezcla de vino, fueron usados para aliviar problemas desencadenados por la anemia. Otras especies han sido utilizadas en tratamientos en la vejiga, como el caso de las cigarras (Costa-Neto et al, 2006).

Desde hace miles de años estos ejemplares fueron utilizados por comunidades indígenas, quienes elaboraban su medicina a partir de fuentes completamente naturales, obteniendo grandes resultados y demostrando las cualidades terapéuticas que ofrecían. Los artrópodos se encuentran en gran abundancia en la naturaleza. La obtención de estos no posee limitantes importantes más allá de las condiciones ambientales y los propios depredadores que regulan las poblaciones. Este hecho le convierte en una excelente materia prima a raíz de la eficiencia en su multiplicación, facilitando la preparación de los diversos productos para su uso medicinal.

3.1.1. Órdenes y familias involucradas

Orden Orthoptera y familia Gryllidae

Lenko y Papavero (1996), citados por Costa –Neto et al. (2006), registran que los grillos (Gryllus domesticus L.) asados sirven como remedio para niños “desconfiados”, es decir, con parásitos intestinales, vómito y fiebre. En el estado de Alagoas, un té elaborado con las patas de grillo sirve para los casos de oliguria (Lages- Filho, 1934, citado por Costa -Neto et al, 2006). De esta misma familia es Gryllus sp, usado para curar el asma administrando su harina disuelta en agua caliente (Costa- Neto y Resende, 2004).

El grillo doméstico es el insecto que nos da la serenata en las casas de campo, se come la ropa sucia tirada en los rincones de las residencias y es utilizado por los pescadores como carnada para pescar sabaletas en las quebradas.

Esta melódica especie se cazaba de noche en la Ciudad de Antioquia, se asaba a la brasa y suministraba a los niños que sufrían la incontinencia urinaria. Algunos de nuestros padres fueron objeto del tratamiento con la carne de este grillito medicinal.

De acuerdo con la literatura revisada por Apolo e Iannacone (2015) el grillo Acheta domesticus podría aportar a la dieta humana entre 60 y 96% de proteína de fácil digestión.

Orden Coleoptera y familia Tenebrionidae

El llamado gorgojo del maní es ampliamente conocido en Colombia por su uso como paliativo para las afecciones bronquiales. Sus crías en pequeños recipientes se volvieron costumbre en los hogares de las personas que padecen asma. El respaldo investigativo sobre las sustancias secretadas por este insecto se puede consultar en el artículo de Deloya y Deloya (2014), quienes afirmaron lo siguiente: “los principios activos son benzoquinonas, químicos secretados por glándulas del tórax y abdomen de estos escarabajos. Estas sustancias son ampliamente conocidas por sus efectos citotoxicolóficos agudos, inmunotoxicidad y carcinogénesis”.

Otro resultado interesante como producto de investigación de laboratorio indica lo siguiente: “los escarabajos adultos de U. dermestoides podrían usarse como recurso nutracéutico para aliviar las enfermedades inducidas por estrés oxidativo y como aditivo antioxidante para la industria de los alimentos; sin embargo, se requiere de mayor investigación para identificar los compuestos directamente responsables de la actividad” (Mendoza y Maury, 2013). Otra investigación orientada en esta dirección concluyó lo siguiente: “En el presente estudio se identificó al 4-etil-resorcinol en el extracto metanólico de U. dermestoides y, a pesar de no ser un compuesto mayoritario en el extracto, este puede contribuir a la capacidad antioxidante del insecto” (Mendoza et al, 2013).

El tercer caso documentado fue narrado así por los investigadores: “La persona que proporcionó los escarabajos para la determinación taxonómica fue una mujer de 48 años con tres hijos y diagnosticada desde hace cuatro años con fibromialgia y osteoartritis; comentó que seis meses atrás inició la coleopteroterapia (aunada al tratamiento prescrito por su médico. Dijo experimentar una mejoría significativa en su salud, mayor a la que le proporcionaba la medicina convencional; condición que atribuyó a la ingestión de ejemplares vivos de estos escarabajos. Su tratamiento ha consistido en tragar un coleóptero el primer día y aumentar progresivamente la dosis hasta llegar a 70. Luego, reducir la cantidad hasta alcanzar de nuevo a uno diario. Esta secuencia la ha repetido varias veces (Cupol, 2010). Se trata de Ulomoides dermestoides, conocido como escarabajos del asma.

Orden Coleoptera y familia Meloidae

De acuerdo con Campos y Safenraiter (2012),”la cantharidina fue aislada en 1810, pero su estereoquímica no fue identificada hasta 1914 y recién fue sintetizada en 1953. El simular la muerte se encuentra asociado con la emisión de cantharidina a través de las articulaciones, comportamiento al que se asocian generalmente movimientos bruscos, regurgitación, defecación e intento de morder”.  

Epicauta carmelita es una especie común en el occidente del departamento de Antioquia. Sus poblaciones aparecen a mediados de cada año, desatándose su voracidad como insecto fitófago sobre plantas de la familia Solanaceae (Lulo, ají) y Pasifloraceae (Maracuyá principalmente). Afectan la vegetación de manera gregaria, hembras y machos, observándose dimorfismo entre los miembros de esta población. Al tratar de capturarlos, se dejan caer al suelo, pero no permanecen quietos, sino que caminan sobre su superficie en señal de huida. Al momento de su captura, mueven sus patas largas para liberarse y secretan por la vía bucal, un líquido de color verde.

Según McCormick y Carrel, (1987) “la cantharidina, una sustancia terpenoide que se encuentra en los escarabajos blister, es uno de los productos naturales de insectos más conocidos en el mundo. Su reputación deriva principalmente de descripciones de sus actividades fisiológicas, más notablemente como afrodisíaco para humanos y ganado, que se remontan a la historia oral”.

Para Pascual (2017), “algunos médicos utilizaban la cantharidina para extraer humores internos mediante la provocación de ampollas en la piel. Evidentemente, lo único que hacían era empeorar el estado de salud del paciente y de hecho este tratamiento se aplicó a Simón Bolívar para paliar una congestión cerebral. Murió a las pocas horas, tal y como describe en su novela “El general en su laberinto” el Nobel García Márquez. Pero el uso que nos interesa y que le confiere la mal interpretada propiedad afrodisíaca es que este compuesto, administrado oralmente, produce una importante vasodilatación y, como consecuencia, un significativo priapismo o dilatación del órgano sexual masculino. Produce también otros efectos menos deseables, como hemorragias urinarias y gastrointestinales como ya hemos indicado. Pero esos efectos perniciosos no disuadieron a muchos que, aun así, confiaban en recuperar el vigor perdido. De hecho, el polvo de los escarabajos se echaba en la comida de los ancianos cuando sus jóvenes esposas querían estimular su actividad amatoria (práctica frecuente entre los indios araucanos en la etapa colonial). Algunas celestinas recomendaban echar el extracto del escarabajo en la ropa interior del varón que lo necesitara. De ahí viene la expresión “echar un polvo” que, si bien hoy se entiende como la consumación del acto, en su origen apuntaba a la pretendida estimulación que producía el insecto triturado”.

Figura 1. E. carmelita iniciando cópula.

Orden Hymenoptera  

Los comentarios textuales del autor citado más adelante se transcriben a continuación: “Los nidos de la avispa-hornera y de la avispa-escopo, por ejemplo, son usados en el tratamiento de la parotiditis, también conocida como papera: De primero, yo me recuerdo, mi padre, cuando uno tenía aquel negocio de papera, ahí hacía. Él cogía, hacía aquella lama y se la pasaba en la cara. Y curaba. En el otro día amanecía todo deshinchado (Doña E., 66 años). A veces, la lama es mezclada con ceniza y la masa resultante es colocada en la región hinchada. Con un pedazo de la casa (nido) de la avispa-sombrero, los pobladores de Pedra Branca hacen un té que es indicado para la joven cuya primera menstruación aún no ha llegado (Costa- Neto, 2004). Las avispas hornera (Tripoxylon sp.) y escopo (Tribu Eumenini), corresponden a las especies nuestras con sus nidos de arcilla, construidos sobre paredes, estantillos, o pegados de las ramas de plantas herbáceas. Muy comunes en construcciones civiles. Los campesinos los llaman avisperos de tierra. Los nidos de la avispa sombrero (Apoica pallens) son de panal descubierto, semejantes a los construidos por las que llaman los campesinos nuestros, chepas.

Tratamientos con estados inmaduros: Larviterapia.

Caso 1. Larvas de moscas (Diptera)

La metodología empleada por Wolff y colaboradores (2010) se describe textualmente de la siguiente manera: “Se utilizaron larvas estériles de Lucilia eximia (Diptera: Calliphoridae), recién eclosionadas, criadas en laboratorio, las cuales tienen una longitud aproximada de 2 mm, aplicándolas por medio de una pinza de punta fina, una a una, entre 3 y 5 larvas/cm2 de lesión. Posteriormente, se procedió a cubrir la úlcera con muselina que se fijó con microporo, permitiendo la aireación y facilitando el drenado de tejido necrótico”. Los autores registraron los buenos resultados obtenidos. Sus conclusiones afirman lo siguiente: 

“La terapia larval ha sido exitosa para el desbridamiento de úlceras crónicas por insuficiencia venosas, arterial, erisipelas, vasculitis o de otras condiciones, como se demostró en nuestros pacientes. Cuando se han agotado los métodos tradicionales de desbridamiento o los tratamientos convencionales como también fue el caso de nuestros pacientes, la terapia larval es una excelente alternativa y a muy bajo costo puede utilizarse”.

Breve descripción de la especie:   

 La familia Calliphoridae está presente en casi todo el mundo con más de 1,500 especies descritas. Existen aproximadamente 100 especies en la región Neártica y 130 en la región Neotropical, (Jaume e Ibáñez, 2020)

Lucilia eximia (Wiedemann, 1819) es una de solo 2 especies con palpos amarillos y basicosta oscura. Tiene solo una hilera de setas postoculares y una dilatación genal naranja. En contraste, su pariente cercana L. mexicana posee dos hileras completas de setas postoculares y una dilatación genal oscura. La seta postocular como carácter puede causar confusión, la hilera de setas postoculares negras puede estar incompleta en L. eximia” (Whitworth, 2006).

Caso 2. Lucilia sericata

La información textual se toma de Téllez et al (2012): 

“Aplicación del tratamiento: Se tomaron larvas de primer estadio que pasaron los controles de esterilidad microbiológica a las 24 horas y se aplicaron de 5 a 10 larvas por cm2. La técnica de aplicación se hizo primero lavando la herida con solución salina estéril, cubriendo los bordes con cinta de papel adhesiva hipoalérgica (Micropore 3M®); posteriormente, se aplicaron las larvas en la base de la herida y se cubrieron con una malla de nailon estéril, la cual se había cortado previamente según la forma de la herida, y se pegó a la cinta hipoalérgica con esparadrapo. Finalmente, se cubrieron con una gasa estéril, la cual se cambió cada 12 horas. Se hicieron valoraciones telefónicas a las 24 horas y control clínico a las 72 horas para retirar las larvas, y valoración clínica posterior al tratamiento”.

Los resultados obtenidos indican lo siguiente: “Aunque los tres casos que se presentan no tenían gran cantidad de tejido necrótico o infectado, se observa que la aplicación temprana de la larvaterapia tiene un efecto benéfico sobre los parámetros de curación, lo que demuestra sus ventajas sobre la promoción de la cicatrización más allá del solo desbridamiento. Por lo tanto, es necesario estudiar más a fondo los mecanismos del efecto promotor de la cicatrización y el antimicrobiano de la larvaterapia (Téllez et al, 2012).

Caso 3. Lucilia sericata 

“Las larvas se depositaron en la úlcera (5-10 larvas/ cm2 de superficie), protegiendo la piel circundante con un apósito adhesivo.

La fuga de larvas se impidió con una malla fina de nylon. El exudado producido fue absorbido por gasas que se cambiaron entre 2 a 3 veces al día. Las úlceras se limpiaron totalmente con 1 a 6 aplicaciones de larvas, el olor desapareció luego de la primera aplicación en todos los pacientes. Hubo fuga de larvas en todos los pacientes en las etapas iniciales de cada tratamiento. Sólo un paciente manifestó sensación de cosquilleo por las larvas. El método propuesto puede ser de utilidad para limpiar úlceras crónicas, en pacientes cuyas curaciones diarias no logran mejoría” (Figueroa et al, 2006).

Tratamientos con insectos adultos: Apiterapia

Caso 1: Picaduras de abejas (Apis mellifera) (Figura 2).

¿Qué es la apitoxina? 

El veneno, solamente producido por las abejas veteranas y que es la defensa que ellas tienen contra el medio hostil donde viven. Es producido por una glándula de secreciones ácidas y otras de secreciones alcalinas incluidas en el interior del abdomen de la abeja obrera. Este veneno es un líquido transparente, con olor acentuado a miel y sabor ácido. Se introduce en la piel del hombre a través del aguijón y después de la picada la abeja pierde el aguijón y se muere (Cantillo, 2019). De acuerdo con el autor anteriormente citado, se utiliza para aliviar los siguientes problemas de salud: 

Dolores inflamatorios de tejidos blandos y duros, artritis, artrosis y reumatismo. Afecciones del sistema periférico. Hipertensión arterial. Mialgias. Esclerosis difusa. Neuralgia facial y trigeminal.

“La apitoxina (del latín apis: abeja y toxikon: veneno) se produce en el abdomen de las abejas obreras, tiene propiedades antiinflamatorias, analgésicas y es un estimulante de la circulación sanguínea. La apitoxina actúa como anestesia local y estimula las glándulas suprarrenales, encargadas de la producción de cortisona, que tiene propiedades antirreumáticas. – Durante el tratamiento de enfermedades no se forman anticuerpos contra el veneno de las abejas y, por ello, el organismo humano no se acostumbra a éste: las picaduras repetidas o las inyecciones de la apitoxina en el organismo son cada vez más efectivas. Es la sustancia antibiótica más activa entre las conocidas. Es 500,000 veces más fuerte que cualquier otro antibiótico (De Felice y Padín, 2012).

Según Vélez et al (2010), en tratamiento de pacientes con artritis reumatoide, “se utilizó fisioterapia convencional en una primera etapa y un mes después conjugando fisioterapia con apiterapia. Se determinó que genera cambios positivos en la evolución funcional que son mejores que la fisioterapia aislada; su durabilidad, beneficios y efectos a largo plazo deben evaluarse en estudios controlados posteriores”.

Figura 2. Abejas polinizadoras: Xylocopa sp y Apis mellifera.

Caso 2: Apitoxina más un extracto vegetal

El siguiente testimonio que indica que el veneno de las abejas es compatible con el extracto de una planta medicinal llamada árnica (Arnica angustifolia), ambos productos obtenidos como extractos etanólicos. Según Fuentes et al (2017), “a través de este estudio de investigación se comprobó la efectividad de la apitoxina y el árnica (Arapitox) como tratamiento alterno para las siguientes dolencias: Artritis reumática, Neuralgia lumbar, Torticolis, Contracturas musculares, Golpes, Pies cansados, Dolores de pecho por tos. Que al aplicar el tratamiento en número (3 atomizaciones), horario (mañana y noche) y tiempo (durante una semana), los pacientes manifestaron que la analgesia se presenta a los 10 minutos de su aplicación. Se demostró que al aplicarse periódicamente el tratamiento la dolencia disminuye dando como consecuencia una calidad de vida al paciente”.

4. Consideraciones finales.

En las poblaciones de los artrópodos se pueden hallar inmensas posibilidades de usos:

  • Para alimentar aves, peces y humanos.
  • Servir de huéspedes y presas de sus controladores naturales.
  • Como descomponedores de materias orgánicas.
  • Degradadores de vegetación seca (cadáveres de plantaciones forestales y agrícolas).
  • Consumidores de otros artrópodos terrestres y acuáticos.
  • Como bioindicadores de la “salud” de los ecosistemas (quebradas, ríos, lagos, lagunas y bosques).
  • En medicina humana. Estos usos ancestrales hacen parte de lo que se denomina actualmente diálogos de saberes, como intercambio de conocimientos entre las etnias que habitan en las selvas y los investigadores empeñados en evitar la pérdida de la sabiduría ancestral. Es la que ha salvado esta población aborigen desde antes de la invasión de los peninsulares europeos, quienes además tuvieron la fortuna de hallar en sus “sanas bebidas” la salvación de sus vidas, amenazadas por las hambrunas y los achaques tropicales.

He aquí la importancia de estos invertebrados y la razón de luchar por su supervivencia en todo el territorio de la madre Tierra. Los estudios entomológicos contribuyen a la determinación de sus especies, al conocimiento de sus hábitos y comportamientos y a la separación entre “útiles” y “dañinos”.

Bibliografía