Por: I.A Yesid Ayala
Netafim Colombia

La calidad del agua es uno de los principales factores para tener en cuenta durante la etapa de conceptualización de los sistemas de riego y fertirriego. De acuerdo con esta calidad, se determina el tipo de filtrado, su capacidad y un posible tratamiento previo con el objetivo de evitar taponamiento de los emisores y aumentar la expectativa de vida del sistema en forma general. 

Es importante tener en cuenta la calidad química en cuanto contenido de sales, de carbonatos y bicarbonatos y concentración de iones como cloro, boro, hierro y manganeso; estos últimos son los iones que generalmente se encuentran involucrados en el taponamiento de los emisores de riego debido a la formación de precipitados y a la dinámica de formación de cieno bacteriano. 

La calidad física no es de menor importancia. Toda agua superficial presenta más o menos problemas físicos que incluyen la presencia de sólidos suspendidos (arena, arcilla, materia orgánica, algas, etc.). Las estrategias de manejo de este tipo de condiciones van desde la forma correcta de la ubicación de la succión (altura desde el piso, sumergencia, distancia de las paredes), hasta la instalación de equipos como hidrociclones o aplicación de coagulantes como sulfato de amonio.

El mantenimiento de un sistema de riego puede dividirse en mantenimiento preventivo y mantenimiento correctivo. El mantenimiento preventivo tiene como objetivo actuar de forma anticipada a una condición desfavorable. El lavado físico constituye uno de los mantenimientos más comunes dentro de este tipo de mantenimiento; incluye la apertura de válvulas de purga dentro de la línea de conducción principal, tapones de lavado en las líneas secundarias y finales de línea en las regantes (líneas de goteo). Este lavado es mucho más eficiente al aumentar la velocidad de flujo de agua respetando los valores máximos de presión de acuerdo con las características de calibre de la línea de goteo. El objetivo de este procedimiento es un arrastre de todas aquellas partículas de origen mineral y orgánico acumuladas dentro del sistema. Este procedimiento se debe hacer de forma regular y el intervalo de tiempo entre cada mantenimiento se define por la calidad de agua. Existen dos secuencias de agua sedimentada en este proceso; la primera secuencia es producto de los sedimentos acumulados en el final de la línea; la segunda secuencia es producto del lavado. La segunda secuencia puede durar más que la primera, pero, de manera general, la concentración de sedimentos va a ser menor. Este mantenimiento puede ahorrar de forma considerable la cantidad de producto a utilizar durante el mantenimiento químico.

Ubicación Velocidad recomendada (m/sg)
Principal 1.5 
Secundaria 1.5
Regante0.5
Tabla 1. Velocidades de lavado recomendadas.

La forma de aplicación del tratamiento químico preventivo debe ser conceptualizado desde la etapa de diseño del sistema. Para ello es indispensable contar con un análisis de calidad de agua, contemplando parámetros como la presencia de material orgánico y concentración de hierro y manganeso. Cuando los valores de estos parámetros sobrepasan el mínimo permisible, es necesario implementar algunos correctivos. Lo más común en toda operación de flores es la cloración; esta práctica es útil para la oxidación de elementos como hierro y manganeso, evitar la formación de cieno orgánico, mejorar la eficiencia de los filtros de grava y mejorar sus condiciones biológicas. El error más común al diseñar estos sistemas de cloración es no tener en cuenta la fuente de cloro que se quiere utilizar; el hipoclorito de calcio, por ejemplo, se consigue en presentación sólida y tiene una baja solubilidad, lo que implica la necesidad de utilizar volúmenes de tanque y canales de inyección grandes. En el caso del hipoclorito de sodio, ocurre todo lo contrario; su presentación es líquida y a pesar de que las concentraciones de los productos comerciales rondan el 13% y 15%, no se necesitan grandes volúmenes de tanque ni canales de inyección. Indiferentemente de si se decide aplicar uno u otro producto, es necesario contar con un equipo que tenga la capacidad de inyectar de manera proporcional de tal manera que, sin importar el caudal de operación, esté inyectando la misma concentración del oxidante. 

El peróxido de hidrógeno, al igual que el hipoclorito, es utilizado para la oxidación de algunos elementos y para prevenir la formación de cieno bacteriano. En algunos casos es elegido por encima del hipoclorito por tener un mayor poder oxidativo. Como tratamiento correctivo suelen utilizarse concentraciones que rondan las 300 ppm, aunque lo recomendable es aplicar una dosis que asegure al final de línea concentraciones no mayores a 0,5 ppm, si es un tratamiento continuo preventivo, o entre 8 a 10 ppm para tratamientos correctivos. Es común que estos tratamientos correctivos se apliquen directamente en la válvula, aunque lo más recomendable sería aplicar en un punto más cercano a la bomba, para tratar tanto la conducción principal como las regantes. 

FertiOne™ es un equipo de inyección de canal único que permite aplicación de productos químicos para tratamientos preventivos asegurando máxima precisión y que las concentraciones de producto sean adecuadas independientemente de las variaciones de caudal.

Es común la inyección de ácidos para la elaboración de la solución nutritiva, pero no para el mantenimiento. A pesar de tener aguas con problemas de calidad desde el punto de vista técnico, estos problemas no son debidos a precipitación de sales, carbonatos o bicarbonatos.

La calidad de agua en los cultivos de flores en la sabana de Bogotá cambia de acuerdo con la fuente que se esté utilizando para alimentar el reservorio. En periodos secos, generalmente estamos utilizando en mayor proporción aguas de pozo profundo con alta probabilidad de tener mayores concentraciones de hierro y manganeso. Durante la temporada de invierno, la mayor proporción de agua va a ser agua lluvia, que transporta una gran cantidad de sólidos suspendidos y material orgánico.  El conocimiento de la calidad de agua durante las diferentes épocas del año nos ayuda a definir el momento oportuno del mantenimiento, la frecuencia y dosificación de agentes químicos. 

NetaTips

  • La inyección continua de cloro para oxidación y desinfección es de uso permitido sólo cuando la concentración de la inyección es menor a 1 ppm, todo el tiempo que el nivel de pH esté sobre 5.5.
  • No dejar que el nivel del pH caiga por debajo de 3 por más de una hora. Esto es de particular importancia cuando están presentes en el sistema agentes químicos, desinfectantes, oxidantes o nutrientes. 
  • No inyectar desinfectantes, pesticidas, herbicidas u oxidantes junto con nutrientes. Si fuera necesario, detenga la inyección de los nutrientes, lave el sistema sólo con agua hasta que no queden nutrientes residuales, y sólo entonces proceder con las tareas de mantenimiento.