Lo que le pasó al sapo
Poco a poco se ha ido normalizando la recolección de datos personales sin que medie nuestro consentimiento para ello. Aunque “voluntariamente” accedemos a dejar nuestros datos en aeropuertos, edificios y restaurantes, por ejemplo, lo cierto es que no podríamos ingresar a esos lugares sin revelar nuestra información.
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