Por: Angélica María Pardo López 

¿Se ha preguntado alguna vez qué tan capaz debería ser con los computadores para considerarse digitalmente alfabetizado?

El alfabetismo digital es un término que describe las capacidades computacionales y de navegación en Internet que toda persona debe poseer para ser funcional en la sociedad de hoy en día. Del mismo modo en que antaño una persona que no supiera leer y escribir quedaba excluida de todo tipo de oportunidades sociales (educación, trabajo, etc.), quien actualmente no posea unas mínimas capacidades tecnológicas verá dramáticamente reducidas sus posibilidades en todos los aspectos de la vida. 

¿Qué tan eficientemente sabe utilizar los motores de búsqueda? ¿Sabe utilizar hojas de cálculo? ¿Conoce los comandos esenciales para facilitar el trabajo en un computador? ¿Sabe proteger su privacidad cuando navega en Internet? ¿Es capaz de hacer una copia de seguridad? ¿Puede distinguir qué información es útil, verídica y relevante cuando hace una búsqueda? ¿Puede solucionar un problema informático a partir de la búsqueda en línea? ¿Sabe utilizar dispositivos móviles “inteligentes”? ¿Sabe qué es open access? ¿Le tiene miedo a los computadores?

Una persona alfabetizada digitalmente debería responder afirmativamente todas las preguntas anteriores, excepto la última. De hecho, lo más importante es no temer los computadores y, por lo tanto, atreverse a experimentar y a aprender. Usted no va a dañar un computador a menos de que le eche agua encima o le prenda fuego. Lo único de lo que debe recordar es tener una copia de seguridad antes de adentrarse en sus aventuras computacionales.

Pero más allá de esas pautas básicas, hay que tener en cuenta que el mundo virtual ocupa un lugar cada vez más amplio de nuestra cotidianidad, al punto que nuestras interacciones personales, transacciones económicas, recreación, procesos educativos y responsabilidades laborales se llevan a cabo a través de él. Se puede decir incluso que nuestras vidas online y offline han llegado a un punto de convergencia. Por lo tanto, es imprescindible saber cómo moverse en estos nuevos tiempos y esto implica, necesariamente, poder gestionar e interpretar la información a la que se tiene acceso y poder proteger los datos personales. 

No tener estas capacidades nos pone en una posición de gran vulnerabilidad; nos expone al registro permanente, el control, la manipulación y la explotación. Ser competente digitalmente significa no solo tener acceso a las oportunidades que ofrece el mundo moderno sino también proteger nuestra libertad. Así como quien no sabe leer y escribir queda desamparado y sometido a toda clase de arbitrariedades, quien desconoce la tecnología y el ambiente virtual se verá inevitablemente rezagado y afrontará todo tipo de dificultades y abusos.