Para empezar este año con la mejor energía decidimos entrevistar a una mujer alegre, sonriente, cálida, amigable, sensible, humana, observadora, amante de las plantas y de los gatos, emprendedora, empática y, sin lugar a dudas, muy estimada en nuestro sector. Se trata de Andrea Raigoso Camelo, administradora de empresas originaria de Anolaima (Cundinamarca), cuya carrera se ha desenvuelto completamente en la floricultura. Como veremos, gracias a sus más de 20 años de experiencia, Andrea conoce el sector al dedillo, desde sus aspectos operativos y técnicos hasta los más globales relacionados con la cadena productiva y el mercadeo.  

Inicios

Todo comenzó cuando Andrea, siendo muy joven y apenas iniciando la carrera de ingeniería de sistemas, le manifestó a su madre que quería trabajar. Nuestra protagonista veía que la carga familiar de su madre era muy grande y prefería ayudarla en lugar de estudiar. 

Frente a esa situación, la mamá de Andrea, que en ese momento era la jefe de postcosecha en flores Marandúa (de la compañía Florafresh) le respondió, aunque con dobles intenciones, que le parecía muy bien la iniciativa y que la esperaba el lunes para que empezara a trabajar en la finca. Con lo que Andrea no contaba cuando llegó el lunes al sitio de trabajo es que sus labores no fueran de naturaleza administrativa sino operativa. Pese a su indumentaria ejecutiva, su mamá la mandó derecho al área de clasificación de la postcosecha. 

Sin embargo, Andrea regresó al siguiente día, y también al siguiente y así durante todo un año. En ese periodo nuestra protagonista aprendió de primera mano todos los procesos de la postcosecha desde la clasificación y el ‘despetale’ hasta el cuarto frío y el empaque. 

Andrea nos relató lo que es para ella el proceso de postcosecha con una comparación tan didáctica como adecuada. Para ella, la postcosecha es a las flores lo que la peluquería es a las mujeres: un sitio para resaltar sus encantos, aunque en su forma natural ya sean bellas. “No importa que una mujer bonita llegue a la peluquería o una flor muy hermosa pase por la postcosecha; la mujer y la flor saldrán todavía más bellas de esos lugares: se les acentuará su belleza”, explica. 

Andrea habría de trabajar un año y medio más en Florafresh, ya que después de la experiencia en postcosecha, pasó a desempeñarse como inspectora de calidad de flores de exportación en la bouquetera (supervisión de aspectos como el color, la receta y la calidad del ramo). Después de su paso por esa compañía, Andrea empezó a trabajar también como inspectora de calidad en Exoticland Company, empresa que lideraba Custodio Díaz. Custodio, recuerda, era una persona de carácter fuerte aunque justo y generoso con el conocimiento, que quería que sus empleados lo apoyaran y no que lo adularan. Allí trabajó durante cuatro valiosos años, durante los cuales, afirma, buena parte de su carácter se formó. 

La lección que le dejó su recorrido por esas empresas fue muy significativa, pues no solo aprendió el valor del trabajo y el esfuerzo que representa, sino que además llegó a comprender a cabalidad qué es lo que se entiende por ‘calidad’ y qué es lo que se necesita para que una flor sea exportable. 

Vena comercial

A continuación, nuestra protagonista empezó a trabajar de la mano de Iván Zarate en la compañía Compacto, una de las líneas de negocio de BAM. Allí su labor consistía en desarrollar la línea de empaque de la empresa. Andrea afirma que fue en ese momento en que se descubrió que tenía ‘vena comercial’. Poco después pasó a ocuparse de la línea de postcosecha, ya directamente con BAM y bajo el liderazgo de Alfonso Camacho.

Con mucha sinceridad nos contó nuestra entrevistada que se siente profundamente agradecida con Alfonso, un jefe exigente que le permitió proseguir sus estudios, aunque esta vez no cursó ingeniería de sistemas sino administración de empresas. En ese entonces, el auxilio (del 100%) que le proporcionaba la empresa le era entregado semestre a semestre, previa entrega del boletín de notas a Alfonso, quien, si juzgaba satisfactorio el resultado, ordenaba la entrega del siguiente cheque de auxilio. Y como era de esperarse, Andrea no lo decepcionó, pues sus resultados académicos eran envidiables. Para ilustrar la exigencia de su jefe en este respecto nos contó la siguiente anécdota: cierta ocasión una de las materias (estadística) le quedó en 3,9. A pesar de que el promedio se conservaba muy alto (4,4) al mostrar los resultados a Alfonso, éste declaró que le había faltado esfuerzo. “Era su forma de decirme que en mi carrera y, en general, en todos los aspectos de la vida, no podía ser menos que buena”, explica Andrea. 

Cuatro años llevaba en su recorrido por BAM cuando conoció a Mayer Velandia y empezó a trabajar en Anasac. El nuevo trabajo, que ejecutó durante 8 años, consistía en el desarrollo de la línea de flores. En ese puesto Andrea se hacía cargo de todos los aspectos relacionados con lo comercial, desde hacer ensayos hasta de la cartera. Fue entonces cuando en compañía de Jorge Stamatiu desarrolló con gran éxito el ‘Proyecto fosfina’ para plagas cuarentenarias, gracias al cual la compañía ganó, en 2016, el premio Analdex, registrado también en este medio. 

Hoy

Después de un breve paso por la compañía Alteo, en la que entró gracias a la invitación que le hiciera Víctor Esquivel, Andrea ingresó a Agromilenio, donde actualmente presta sus servicios profesionales. Si bien Agromilenio incursionó hace poco en el mercado de flores, ha tenido una acogida excelente y el panorama es muy prometedor.  

En Agromilenio Andrea Raigoso se siente muy dichosa, pues se trata de una compañía humana y con una visión muy amplia, a la que le importa la gente aún más que los negocios. De acuerdo con Andrea, Agromilenio es una compañía a la que le importa que su personal esté contento trabajando y frente a sus clientes “más que un mensaje, es una experiencia”. 

Como mencionábamos al principio de este artículo, Andrea también es una persona emprendedora. En efecto, de la mano de su esposo, posee un negocio de joyas llamado ACIUM. ACIUM vende joyas de acero personalizadas con las imágenes o mensajes que deseen sus clientes. El proyecto es atractivo y muy próspero, pues una joya personalizada trasmite al destinatario el mensaje de que quien se la regaló se preocupó de que el detalle fuera especial para él. ACIUM se ubica en el Centro Comercial Nicoplaza en Mosquera.

Para terminar…

Para terminar preguntamos a Andrea qué piensa de la situación actual del sector agrícola colombiano y, en particular, de la floricultura. Nos respondió que espera que, por provenir el gobernador de Cundinamarca de una familia agricultora, en los años sucesivos la evolución del sector en la región sea positiva. 

Considera nuestra entrevistada que en el campo colombiano no hay suficiente explotación. Frente a la floricultura, que hay mucho por hacer, pues el mercado de las flores de exportación colombiano se puede expandir mucho más allá de Estados Unidos. Para esto, sin embargo, estima que hace falta compartir más, o, en otras palabras, hace falta unión entre los actores del gremio.

Por último, no podemos cerrar esta nota sin notar un bello elemento del carácter de nuestra protagonista, algo que frecuentemente se califica como la clave de la felicidad y la alegría: la gratitud. Andrea Raigoso compartió con nosotros una larga lista de personas con las que se siente agradecida en el sector, personas que la han apoyado y que siempre han querido ayudar. Se siente además agradecida con su madre, guía de su vida, y con su esposo, que es una persona positiva que siempre encuentra una palabra de aliento para liberarla del estrés del día. 

Éxitos a Andrea y que siga aportando su experticia y carisma a nuestro sector.