Rodrigo Gil Castañeda y Angélica Mariá Pardo
Rodrigo Gil Castañeda (Director del centro biosistema) y Angélica Mariá Pardo (Jefe de redacción Revista Metroflor)

Recientemente el Equipo de Redacción de Metroflor visitó el Centro de Biosistemas Alberto Lozano Simonelli de la Universidad Jorge Tadeo Lozano, ubicado en el municipio de Chía (km 3 vía la Caro). El objetivo de esta visita fue entrevistar a los profesores Rodrigo Gil Castañeda y Luis Alejandro Arias Rodríguez para que nos hablaran de la Especialización Tecnológica en Agricultura Protegida y de los recursos con que los estudiantes de este programa tienen a su disposición para enriquecer su educación.

Este innovador programa se ofrece a un público variado dentro del cual se encuentran todo tipo de profesionales y tecnólogos afines a la agricultura. Por supuesto, por su naturaleza y contenido – como se verá más adelante- el programa resulta de máximo interés para agrónomos, biólogos y emprendedores de cultivos que empleen altos niveles de ciencia y tecnología en sus quehaceres, como lo son nuestros amables lectores, que desempeñan sus labores profesionales en cultivos de flores, arándanos y cannabis.

Esta especialización, que ya cuenta con dos promociones y cuya tercera cohorte estará arrancando este 15 de agosto, es el resultado de años de alianza de la casa de estudios con diferentes compañías holandesas comprometidas con la transferencia de ciencia y tecnología aplicables a la horticultura en Colombia. El objetivo del programa es contribuir a través de la capacitación y la investigación a mejorar la rendimiento y calidad de los productos agrícolas de una manera sostenible con miras a un mayor desarrollo rural y a la garantía de la seguridad alimentaria del país.

Revista Metroflor: Profesor Luis Alejandro, ¿Qué significa “Horticultura Protegida”?

Luis Alejandro Arias: La pregunta es buena porque muchas veces la gente cree que con ‘horticultura’ se hace referencia solamente a las hortalizas. ‘Horticultura’ significa ‘producción en huertas’ y estas pueden ser de frutas, hortalizas, flores, etc. La horticultura involucra cualquier tipo de especie vegetal. Por otra parte, el término ‘protegida’ indica que esta producción se encuentra bajo unas condiciones especiales, por ejemplo, bajo invernadero, lo que implica que están aisladas del medio. Dicho aislamiento incrementa el nivel de control que se tiene sobre variables que determinan el desarrollo del cultivo. De modo que lo que nosotros enseñamos es esencialmente la producción de plantas en ambientes controlados como invernaderos.

Revista Metroflor: ¿Cómo se tomó la decisión de abrir este programa, profesor Rodrigo?

Rodrigo Gil: Este Centro de Investigaciones lleva 30 años cooperando con la Universidad Católica de Lovaina de Bélgica. Nuestra idea siempre ha sido ayudar a cerrar las brechas tecnológicas en el sector agrícola del país. Sin embargo, el hito importante para este particular programa fue un proyecto de cooperación con el gobierno holandés que desarrollamos en el 2018. El proyecto tiene como propósito crear una vitrina comercial de las empresas holandesas en Colombia. En ese proyecto participamos La Tadeo y otras dos compañías muy importantes del sector agrícola en el país: Sáenz Fety y Hortifresco. Decidimos abrir la Especialización para aprovechar aún más todo el conocimiento, tecnología e infraestructura producto de aquella cooperación.

En principio, el proyecto tenía el objetivo de capacitar 300 productores de diferentes sectores. Después a nosotros nos quedó la idea de que esta infraestructura, sumada a otras cosas que teníamos en el centro, era el insumo suficiente para el desarrollo de un programa específico en el tema de horticultura protegida, que aún no existía en el país. Obtuvimos el registro en el año 2020, y empezamos en medio de la pandemia. Sin embargo, hemos logrado trabajar con cohortes numerosas de estudiantes.

Revista Metroflor: Profesor Rodrigo, muéstrenos algunos de los recursos tecnológicos con los que cuentan los estudiantes de la Especialización.

Rodrigo Gil: Aquí vemos, por ejemplo, lo que nosotros llamamos el ‘Hortisimulador’. Es un invernadero de 200 metros cuadrados que cuenta con un silo de agua australiano -que es de donde toma agua el sistema- y un cuarto de control. Todos los componentes son holandeses: los recibimos de forma modular y los armamos aquí.

Una de las prácticas que desde la Especialización promovemos es el riego por radiación y no por tiempos. Cambiamos el concepto y hacemos el riego de acuerdo con la cantidad de energía que recibe la planta, por la radiación.

Tenemos el equivalente a un BMW en equipo de Fertirriego

Así que programamos el sistema para que riegue, por ejemplo, cada 100 jules por centímetro cuadrado. Cada vez que se acumulan 100 jules/centímetro cuadrado de radiación, el sistema emite un pulso de riego. Si tenemos un día soleado, vamos a tener hasta 20 pulsos de riego. El sistema detecta que cuando se acumula ese nivel de radiación, la planta necesita recibir agua porque está transpirando. Por el contrario, en un día nublado la irrigación es menor.

También se puede fijar una doble condición – por radiación y por tiempo-. Así, si el día está muy nublado, no dejamos a la planta sin agua y sin nutrientes, sino que el sistema se programa para que el pulso de riego ocurra cuando se cumpla una de las condiciones: que se acumule una determinada cantidad de radiación o que transcurra como máximo una hora desde el último riego. Tenemos lo que sería equivalente a un BMW en equipo de fertirriego. Promovemos la modernización del sector en estos aspectos.

Revista Metroflor: Entonces, la hidroponía es muy importante dentro de este esquema de producción. Profesores, cuéntenos un poco más de ello.

Luis Alejandro Arias: Este invernadero nos puede ayudar para ilustrarlos sobre su pregunta.

Se trata de una estructura de alta tecnología, totalmente computarizada. El sistema tiene una alarma que avisa al celular si algo que está pasando necesita revisión.

Aquí el problema que queremos resolver es cómo salirnos del suelo (porque tiene más patógenos). Entonces desarrollamos un sistema que nos lo permita. Este es un modelo de invernadero de 200 metros cuadrados y bloques de 100 metros cuadrados totalmente independientes en términos de control de clima; como pueden ver, en este bloque tenemos frutas tropicales y en el que está enseguida tenemos tomate. Los dos módulos los podemos programar de forma diferente para el clima, riego y fertilización: se trata de dos ambientes totalmente diferentes dentro de la misma estructura. Tenemos cortinas que nos ayudan a reducir la radiación durante el día y retener el calor durante la noche. La ventilación es cenital. Cuando hay más de 26°C en este invernadero, se abre una entrada de aire de forma automática. Contamos, así mismo, con calefacción por agua caliente que hacemos circular en función de las variables climáticas. Trabajamos, también, con lisímetros de succión del suelo. Esto nos permite acceder de forma rápida a la solución del suelo, a lo que la planta tiene disponible en términos de nutrientes.

Los sistemas hidropónicos no mienten

Rodrigo Gil: Este es el modelo típicamente holandés. Canaletas, Grow bags (bolsas de crecimiento) con slab de coco prensado y deshidratado. Cada bolsa es un contenedor de volumen fijo. Por ejemplo, esta tiene 16 litros de volumen. Cuando se hidrata y llega a los 16 litros, empieza a drenar. Eso es bueno porque siempre deja espacio para aire y se garantiza una buena aireación de la raíz de la planta.

Adicionalmente, hay que tener en cuenta que los sistemas hidropónicos no mienten porque son muy sensibles. Hay un término muy útil en agronomía: el buffer.  Significa que el suelo amortigua. Si yo dejo un día sin regar, el suelo amortigua; si dejo un día sin fertilizar, el suelo amortigua. En hidroponía eso no ocurre: las plantas no mienten. En los sistemas hidropónicos los agrónomos quedamos más expuestos y no podemos mentir tan fácilmente porque las plantas nos delatan. 

Revista Metroflor: En el contexto de esta agricultura tan precisa y automatizada, ¿Cuál es el rol de los agrónomos y de los profesionales del campo?

Rodrigo Gil: La modernización del sector agrícola necesita dos pilares fundamentales: tecnología y capacitación. Deben estar uno al lado del otro. Hay un ejemplo gráfico que me gusta utilizar con mis estudiantes y es el siguiente: démosle un invernadero de estos, automatizado, con hidroponía, sustratos, en fin, de altísima tecnología a un productor de tomate en Sutamarchan, Villa de Leyva o Santa Sofía. Démosle, también, las plantas para que siembre. El primer ciclo va a ser un fracaso porque la tecnología no resuelve todo el problema, necesitamos capacitación y ese es el rol del nuevo ingeniero agrónomo y de la universidad. Hemos sido educados en escuelas de agronomía muy tradicionales donde no nos han enseñado todas estas cosas. El sector de flores tiene agrónomos muy buenos en esos temas, pero han sido formados por asesores que las compañías traen desde Bélgica, Holanda, España u otras partes del mundo y que les transmiten esos conocimientos. El reto de los agrónomos con respecto a este tipo de tecnologías es formarse, cambiar la visión hacia la aplicación de la tecnología en la agricultura, pero esto necesita capacitación y para eso estamos nosotros acá.

Revista Metroflor: ¿La producción de invernaderos como este es orgánica?

Luis Alejandro Arias: No orgánica, sino limpia; y frente a esto es bueno aprovechar la oportunidad para hacer claridad sobre los conceptos.

La agricultura orgánica es la producción agrícola sin utilización de productos de síntesis química. En cambio, en la agricultura limpia uno puede hacer uso de productos de síntesis química como plaguicidas y fertilizantes, pero respetando rigurosamente todas las indicaciones del fabricante, como el periodo de carencia, el periodo de reentrada y las dosis recomendadas. Además, el producto no debe tener ninguna traza de los insumos usados. Esa es la agricultura limpia y por supuesto que podemos tener agricultura limpia utilizando solamente productos de síntesis química. Tampoco se puede desconocer el esfuerzo científico y tecnológico que han hecho muchas compañías en el desarrollo de productos de síntesis química muy específicos que no afectan a otros organismos ni a nosotros. Hoy en día, con lo que se tiene en el mercado se puede tener una agricultura limpia.

Nos interesa que la especialización sea un sitio de formación y un foro donde tengan cabida los productos biológicos, pero también los químicos dentro de un esquema racional que permite que las moléculas tengan un mayor tiempo de vida útil y no se genere resistencia

Nos interesa que la especialización sea un sitio de formación y un foro donde tengan cabida los productos biológicos, pero también los químicos dentro de un esquema racional que permite que las moléculas tengan un mayor tiempo de vida útil y no se genere resistencia. Tenemos una asignatura que se llama ‘Estado actual y perspectivas de la horticultura en Colombia’.  Aunque la coordina uno de nuestros profesores, tenemos diferentes invitados del sector provenientes de diferentes gremios (gobierno, empresas privadas enfocadas a lo químico y a lo biológico y otras instituciones educativas). Una de las características distintivas de la especialización es que los estudiantes tienen acceso a diferentes perspectivas. Nosotros no le tenemos miedo a las alianzas comerciales porque como universidad somos un espacio abierto que escucha las diferentes tendencias y opiniones y porque queremos que nuestros estudiantes estén en contacto con el sector.

Revista Metroflor: Cada vez menos jóvenes deciden estudiar carreras relacionadas con la agricultura. ¿Qué les diría a esos jóvenes para que se animen a tomar este camino?

Luis Alejandro Arias: Es cierto que hoy en día los jóvenes están escogiendo las carreras que están relacionadas con la tecnología computacional y que hay menos demanda de los programas de producción agrícola. A ellos hay que decirles que hay tanta tecnología detrás de la producción de un tomate o de una rosa como la que hay detrás de la fabricación de un smartphone.

Hay tanta tecnología detrás de un tomate como detrás de un smartphone

Necesitamos personas en el campo. La mano de obra se ha reducido y hay un envejecimiento del sector rural. Tenemos que hacer que para los jóvenes estudiar algo que se relacione con agricultura sea divertido. El campo no tiene por qué ser aburrido. Además, tienen la posibilidad de aplicar todas las tecnologías y los conocimientos a los procesos de producción.

Les diría a esos jóvenes que el campo es rentable, que genera empleo, que es divertido, que pueden hacer sus propias empresas, que no se trata de un negocio efímero, que siempre se va a necesitar alimento y, en pocas palabras, que no existe un negocio más sustentable en el tiempo que la agricultura.

Revista Metroflor: Profesores, les agradecemos por haber aceptado esta entrevista y al equipo administrativo por tan cálida acogida y eficiente coordinación. Los felicitamos por poner al alcance del público tan excelente programa al servicio de un país con tan gran vocación agrícola como el nuestro.

A tener en cuenta:
* La especialización en Horticultura Protegida dura 2 SEMESTRES y tiene una modalidad PRESENCIAL
* Está dirigida a agrónomos, biólogos, técnicos y tecnólogos de empresas agrícolas, gerentes o directores de producción de empresas hortícolas, productores de hortalizas bajo cubierta o interesados en serlo, proveedores de insumos para la horticultura y asesores técnicos.
* Horarios de clase: viernes – 2:00 a 6:00 p.m. / sábados – 8:00 a 12:00 p.m.

Más información sobre la nómina profesoral y las asignaturas, entre otras, AQUÍ.