Por: Iván Guillermo Cruz
Director técnico Colinagro

La poda en cultivos de rosa bajo invernadero es una técnica que determina la arquitectura de la planta. Se implementa para programar el desarrollo de nuevos brotes que representan las programaciones comerciales de tallos reproductivos para satisfacer el mercado internacional en períodos puntuales del año. Las respuestas en el crecimiento y la fisiología de la planta después de un proceso de podas dependerán de la intensidad con la que se ejecuten, de la calidad en la arquitectura en el momento de la poda, de la calidad de compuestos almacenados en los tallos base y en raíces y de la calidad y cantidad de follaje que queda después de eliminar tallos y estructuras viejas. Se debe entender que la práctica misma constituye un factor de estrés y la planta debe ajustar sus respuestas fisiológicas en favor del desarrollo de nuevas estructuras.

Cambios en la relación fuente demanda

Las plantas de rosa generalmente responden a la poda generando gran cantidad de demandas (nuevos brotes), lo que representa cambios en la distribución y almacenamiento de compuestos de reserva. La generación de nuevos brotes puede causar un agotamiento temporal de los compuestos almacenados en tallos viejos, provocando una disminución en la producción de flores ante bajas reservas en las estructuras que sirven de almacenamiento. El crecimiento de los brotes depende de la longitud de las raíces y de los sistemas de absorción de agua y nutrientes minerales, mientras que el crecimiento de las raíces depende de la calidad de arquitectura formada antes de la poda y/o de la cantidad de carbohidratos almacenados en la planta.  La rosa, como especie perenne, almacena cantidades considerables de nutrientes minerales en las raíces que son una fuente principal de reserva para el crecimiento vegetativo.

Después de un período de crecimiento prolongado, la planta puede recuperar sus reservas de manera parcial o totalmente y esto determinará la producción y calidad de los tallos reproductivos. El grado de recuperación de las reservas dependerá de la intensidad de la poda, del suministro de agua y nutrientes y de la oferta ambiental. En este último aspecto, la temperatura y calidad de la luz son determinantes en la respuesta positiva de desarrollo.

Cambios en la tasa fotosintética

Las podas mejoran la penetración y distribución de la luz en el dosel y las hojas más viejas quedan expuestas a la radiación incidente respondiendo de manera diferencial comparado a hojas jóvenes. Podemos decir que se da una activación de la tasa fotosintética ya que las hojas más viejas y sombreadas se exponen a un cambio en la calidad y cantidad de luz. El aumento en la fotosíntesis de esta área foliar vieja contribuye a la disponibilidad de asimilados para que las yemas rompan latencia e inicien su proceso de diferenciación y desarrollo ante la remoción de área foliar en el proceso de poda. En este aspecto cobra valor la sanidad y calidad del área foliar que se maneja en cada variedad y/o la activación fotosintética que se pueda hacer con las herramientas de bioestimulación.

Cambios en el estatus de nutrientes

La poda altera el equilibrio entre la asignación de recursos y la distribución del crecimiento entre los tejidos vegetales, lo que altera la capacidad de asimilar y distribuir nutrientes. Una desventaja es que la gran cantidad de nutrientes minerales contenidos en los tallos podados se pierde para el proceso de re-movilización, con alta probabilidad de agotar los nutrientes altamente móviles: nitrógeno, fósforo y potasio. La disminución de los niveles de almacenamiento de nutrientes en las raíces puede conducir a reducciones en las concentraciones de N, P, K y Mg.  Podas mal realizadas pueden impedir la redistribución de estos elementos desde las hojas viejas hasta las hojas jóvenes a través de conexiones del floema, reduciendo la fuente de nutrientes para las hojas y brotes nuevos.  

En la dinámica del nitrógeno, se presenta un aumento en la toma del elemento en forma de nitratos (NO3) con mayor oferta de luz y esto tiene una relación directa con el aumento en la tasa fotosintética, mejorando la demanda de nitrógeno. La cantidad de luz, entendida como la densidad y flujo de fotones incidentes, determina la toma de nitratos en la raíz; mayor cantidad de luz representa mayor transporte de compuestos tipo azúcares en el floema y mayor toma de nitrógeno en forma de nitratos; por el contrario, mayor concentración de aminoácidos como glutamina y asparagina determinan una baja absorción de nitrógeno.

Cambios en hormonas vegetales

Las podas aumentan el suministro de citoquininas de las raíces, medida como una mayor concentración en el tejido aéreo.  El aumento de los niveles hormonales probablemente sea responsable de estimular la división celular, la formación de nuevos brotes y, en última instancia, longitud y tallos diferenciados.