Por: I.A. Jorge Miranda
Consultor temas Cannabis

Durante el segundo y tercer trimestre de 2020 (meses de aislamiento obligatorio por causa del Coronavirus) el tema de la industria de cannabis medicinal y recreativo presentó cierto silencio en los medios de comunicación y una ralentización en su desarrollo. El tema solo se trataba entre los empresarios involucrados en este negocio, quienes veían con gran preocupación la caída impresionante de los precios internacionales, especialmente los del extracto de cannabidiol (CBD) -sustancia con bajo efecto psicoactivo pero con beneficios para la salud- atribuida principalmente a la acumulación de inventarios en Norteamérica. Por el contrario, el tetrahidrocannabinol (THC- cannabinoide con efecto psicoactivo y también con aplicaciones medicinales) aumentaba de precio debido al incremento de consumo entre las personas, quienes por el aislamiento encontraban en este el alivio a sus desordenes por ansiedad por el encierro.

Cabe anotar que las diferentes asociaciones, cooperativas y otras agremiaciones no suspendieron sus gestiones y peticiones ante las entidades gubernamentales para acceder a las tan esperadas licencias, otorgadas por el Ministerio de Agricultura a través del Instituto Colombiano Agropecuario – ICA, el Ministerio de Salud a través del Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos  -INVIMA y el Ministerio de Justicia. Fue así como el ICA y el Ministerio de Justicia implementaron herramientas virtuales para adelantar los trámites y realizar las visitas a los predios inscritos por las empresas, las cuales requieren estas licencias para iniciar operaciones. Sin embargo, los procesos de aprobación de licencias en las diferentes entidades gubernamentales, en esta primera etapa del proceso, no han sido muy eficientes.

En Colombia, de acuerdo con lo manifestado por Fedesarrollo[1], en 2019 existían alrededor de 1100 licencias otorgadas para el cultivo de cannabis. Se otorgaron 465 licencias para extracción y fabricación de derivados y existen entre 15 y 25 empresas con operaciones en al menos uno de los eslabones de la cadena productiva. 

Buenas noticias para el sector

El 4 de diciembre de 2020, la Cámara de Representantes de los Estados Unidos votó por primera vez para despenalizar la marihuana a nivel federal. Esto constituye un paso importante para poner a sus leyes en línea con los estados del país que ya han habilitado el uso de la sustancia en sus respectivos territorios. La Cámara de Representantes, controlada por los demócratas, aprobó con facilidad la iniciativa, con 228 votos contra 164. Sin embargo, la normativa tiene pocas posibilidades en el Senado, que está controlado por los republicanos, quienes se oponen firmemente a ella. El proyecto de ley eliminaría la marihuana de la Ley Federal de Sustancias Controladas, que la clasifica, junto con la heroína y la cocaína, como un narcótico peligroso y establece sanciones a quienes sean detenidos con ella en su posesión. La inclusión de la droga en la lista ha generado un contraste entre las normas federales y la de los muchos estados que ya han legalizado la marihuana para uso médico. Algunos, como Colorado, han liberado completamente el uso con fines recreativo y lo han regulado. En concreto, el uso de marihuana con fines medicinales es legal en 34 de los 50 estados del país y es legal para uso recreativo y medicinal en 11 de ellos (Agencia Francesa de Prensa-AFP)[2].

Del mismo modo, el 2 de diciembre 2020, la ONU aprobóuno de los mayores cambios en política de drogas de las últimas décadas al reconocer las propiedades medicinales del cannabis y eliminar esa planta de la clasificación de los estupefacientes más peligrosos, aunque su consumo con fines recreativos sigue prohibido. La mayoría simple de los 53 Estados de la Comisión de Estupefacientes -el órgano Ejecutivo de la ONU en políticas de drogas- decidió retirar el cannabis y su resina de la Lista IV de la Convención sobre Drogas de 1961. En ese convenio, el cannabis estaba -hasta ahora- clasificado en las listas I y IV, esta última reservada a las drogas más peligrosas y bajo control más estricto, como la heroína, y a las que se otorga escaso valor médico. El consumo con fines recreativos seguirá prohibido en la normativa internacional al continuar en la Lista I, junto a sustancias bajo control, pero con propiedades terapéuticas como la morfina. Todos los Estados de la Unión Europea, con excepción de Hungría, y numerosos de América sumaron los 27 votos para aprobar el cambio, mientras que gran parte de los países de Asia y África se opusieron, con notables excepciones como la de India o Marruecos. En total, hubo 25 votos en contra y una abstención, de Ucrania. Este cambio facilitará la investigación con cannabis, que cuenta con principios activos que han mostrado resultados prometedores en el tratamiento de algunas dolencias como párkinson, esclerosis, epilepsia, dolor crónico e, incluso, algunos tipos de cáncer. (EFE)[3] 

Estos sucesos abren un nuevo panorama a la industria colombiana, que ve con mayor optimismo la conquista de nuevos espacios para la industria.

Situación actual en Colombia

Colombia cuenta con ventajas competitivas en el mercado mundial en los siguientes referentes: 

  • Es pionero en marco legal e institucional.
  • Tiene menores costos de producción gracias a su posición geográfica, condiciones ambientales, luminosidad (12 horas luz y 12 horas de oscuridad), productividad (4 cosechas al año), buena oferta de mano de obra, puertos y experiencia aeroportuaria (flores, frutas y café).
  • Se encuentra entre los primeros países con cupos asignados para cannabis psicoactivo (Fedesarrollo 2019). 4

Beneficios de la industria de cannabis para Colombia

De acuerdo con lo manifestado por Fedesarrollo 2019[4], la industria del cannabis es un cultivo intensivo que generaría:

  • Alta demanda de mano de obra: por hectárea se generarían 17 empleos y, adicionalmente, otros administrativos. 
  • Genera exportaciones: en 2019/2020 se exportaron USD 2.8 millones a países como Estados Unidos, Reino Unido, Israel y Sudáfrica, entre otros países (Precolombia). 
  • Posibilita el desarrollo científico y tecnológico, por ser intensivo en I+D+i (Investigación-Desarrollo-Innovación) (Mintic).
  • La industria incide en el empleo femenino en municipios donde se ejecuten los Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial – PDET.
  • Involucra pequeños y medianos cultivadores, productores y comercializadores nacionales de cannabis medicinal, como lo establece la Ley 1787 de 2016.

Colombia y su entorno

Según Carol Ortega, fundadora y directora de Muisca Capital Group, compañía localizada en Los Ángeles (California) y dedicada a atraer dinero para este tipo de proyectos, a diciembre de 2019 varios empresarios habían invertido en Colombia 440 millones de dolares. De ese valor, cerca de 85% proviene de inversionistas canadienses. 

En Uruguay, pionero en aprobar hace años el cannabis medicinal y recreativo, la inversión se paralizó debido a que el Estado –vía regulación– monopolizó toda la actividad. 

Otra es la realidad en Argentina, donde avanzaron en la regulación, pero el presidente no parece tenerla como prioridad y se ha visto una ralentización de la actividad y tampoco están dadas las condiciones macroeconómicas para que lleguen los dólares de Canadá o Estados Unidos. 

Chile, muy hábilmente, escogió el camino de la investigación y el desarrollo, antes que el cultivo y extracción de productos. En definitiva, se trata de una apuesta a largo plazo.

También viene abriendo su espacio regulatorio Perú, apoyado en la experiencia de Colombia de los últimos 3 años.

México tiene un mercado con un enorme potencial de crecimiento. Por ello, ese país ha llamado la atención de inversionistas de Estados Unidos y Canadá. “A pesar de todo, la regulación todavía no está lista y eso le abre más oportunidades a nuestro país”, sostiene Carol Ortega de Muisca. De hecho, Colombia es un referente para otros Estados que apenas inician su camino, como El Salvador y Ecuador (Revista Dinero 2019)[5].

Metas del sector

Fedesarrollo[6], establece que a 2030 se pretende exportar 1.237.857 Kg de extractos, con los siguientes escenarios:

  • Escenario conservador (1.000 USD por Kg de extracto). Las exportaciones (USD 866 millones) serían cercanas a las actuales exportaciones de banano.
  • Escenario intermedio (2.000 USD por Kg de extracto). Las exportaciones (USD 1.732 millones), serían superiores a las actuales exportaciones de flores.
  • Escenario optimista (3.000 USD por Kg de extracto). Las exportaciones (USD 2.599 millones) serían superiores a las actuales de café. (Trade Map – UNCTAD -. 2020 – DANE- DIAN). 

Ubicación de las empresas

Según la investigación realizada por el Clúster Cannabis Valle del Cauca [7], en Colombia la mayor parte de las empresas están ubicadas en 11 departamentos y 32 municipios del país y se han autorizado diferentes licencias por el Gobierno Nacional en las categorías de cannabis psicoactivo, no psicoactivo, semillas para siembra y fabricación de derivados, reconociendo a pequeños productores y ciertas asociaciones indígenas. 

Requerimientos para avanzar en la industria

A continuación se presentan algunos aspectos que facilitarían la implementación, el avance y desarrollo de la industria del cannabis en Colombia:

  • Simplificación y agilización de trámites para mayor competitividad.
  • Aclarar y definir los conceptos de BPA, BPM, BPL para que sean homologables con otros países.
  • Facilidad en el comercio exterior de productos con valor agregado.
  • Sensibilización a los transportadores aéreos, terrestres y operadores logísticos.
  • Garantía para el acceso a medicamentos y tratamiento para diversas patologías, inicialmente a nivel nacional, ya que hay necesidades muy sentidas y los costos de medicamentos importados con base en cannabis son elevados.
  • Fortalecimiento y apoyo a pequeños productores y asociaciones indígenas.
  • Revisión exhaustiva y técnica de las normas actuales, para la asignación de cupos para cannabis psicoactivo y disposición final de excedentes.
  • Aprovechamiento de las posibilidades productivas del cáñamo y CBD. Por ejemplo, suplementos dietarios (para humanos y animales), alimentos, bebidas y cosméticos.

Finalmente, de acuerdo con el análisis con el Clúster Valle del Cauca, se concluye que se requiere una gestión pública de alto nivel para responder con la celeridad a los procesos regulatorios e institucionales necesarios, para aprovechar la ventana de oportunidades y el potencial del sector.


[1]Tomado de La industria del cannabis medicinal en Colombia, diciembre de 2019, Fedesarrollo

[2] Tomada de los artículos: Cámara de representantes de USA aprobó despenalización de la marihuana a nivel federal. Infobae 10/12/2020.

[3] El tiempo 2/12/2020, ONU sacó al cannabis medicinal de la lista de drogas más peligrosas.

[4] Íbidem 1

[5] Varios empresarios han invertido en la industria de cannabis en Colombia, 15/08/2020

[6] Ibídem 1

[7] Tomado de: Perspectivas de la industria de cannabis en el Valle del Cauca, diciembre de 2020, Clúster cannabis Valle del Cauca.