Los últimos han sido meses cruciales, de mucho trabajo y compromiso para el equipo que lidera el profesor Rodrigo Gil, director del Centro de Bio-Sistemas de la Universidad Jorge Tadeo Lozano: el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA) acaba de entregarles el registro que certifica que sus análisis y resultados cumplen con los más altos estándares de calidad, convirtiéndolos en un aliado importante para el sector agrícola del país. “Buscamos que el Centro, además de prestar servicios académicos, apoye al sector de los bioinsumos. Queremos ser un soporte para el sector agrícola del país”, afirma el profesor Gil, quien tiene muy claras las metas del Centro de Bio-Sistemas.

El equipo de Redacción de Metroflor hizo una visita a las instalaciones del Centro. He aquí lo que nos contaron nuestros entrevistados Rodrigo Gil (Director del Centro de Bio-Sistemas), Viviana Contreras (Coordinadora del área de Entomología en el LEMAA) y Sofía Naranjo (Responsable técnica del Laboratorio de Inocuidad Química):

Metroflor: 

¿Cuáles son los cambios que han tenido los laboratorios del Centro de Bio-Sistemas estos últimos meses?

Rodrigo Gil: El cambio más grande fue a nivel estructural, pues agrupamos en dos laboratorios la operación que antes hacíamos en cuatro. Creamos LISA (el Laboratorio de Inocuidad, Suelos y Aguas) que agrupa los Laboratorios de Suelos y Aguas con el de Inocuidad Química. También creamos el LEMAA (Laboratorio de Entomología y Microbiología Agrícola y Ambiental) que integra, en dos áreas independientes, entomología con microbiología.

Metroflor: 

Cuéntenos un poco sobre lo que se hace en cada laboratorio.

Rodrigo Gil: Claro. En LISA prestamos servicios de manejo de residuos de plaguicidas y de medicamentos veterinarios, así como diferentes paquetes de servicios de análisis de suelos, aguas y tejidos vegetales. Es importante mencionar que para la parte de inocuidad tenemos una acreditación con el ONAC (Organismo Nacional de Acreditación de Colombia), lo que quiere decir que nuestros resultados son válidos internacionalmente. En lo referente a suelos y aguas, lo que hacemos para asegurar la calidad de los resultados analíticos es desarrollar, junto a la Universidad Wageningen (Países Bajos), pruebas inter-laboratorios para contrastar nuestros resultados.

Por otro lado, en LEMAA fusionamos los laboratorios de entomología y microbiología en uno solo, buscando (además de prestar algunos servicios académicos) apoyar al sector de bioinsumos.

Todo esto es resultado de un proceso de 10 meses en los que trabajamos para obtener el registro ICA con el objetivo de que se nos reconozca como una institución capaz de prestar servicios de calidad a terceros según la legislación vigente (Resolución ICA 093858 del 2021).

Metroflor: 

Y en cuanto a la implementación de la norma, ¿cómo ha sido este proceso?

Rodrigo Gil: La norma técnica que tenemos que seguir es la ISO/IEC 17025:2017, que establece los lineamientos que debe cumplir cualquier laboratorio que realice ensayos, en este caso, biológicos. Esta nos permite dar algunos parámetros para que los procesos que se desarrollen en el laboratorio, así como los resultados, sean de calidad, fiables y reproducibles.

A grandes rasgos, esto implica: 

  • Tener una metodología que garantice la confidencialidad de los resultados que se vayan a entregar.
  • Garantizar que haya imparcialidad con relación al procesamiento de las muestras. 
  • Demostrar que los resultados sean confidenciales y válidos. 
  • Que los insumos utilizados en el laboratorio sean de calidad, y cuenten con un registro de trazabilidad.
  • Que los instrumentos que utilizamos para pesar y medir volúmenes tengan un plan de mantenimiento, calibración y de revisión para que cumplan con unos mínimos requisitos de precisión y reproducibilidad. 
  • Que el personal a cargo sea idóneo y los métodos empleados sean apropiados. Por lo tanto, los clientes recibirán resultados altamente confiables. 
  • Que las opiniones de los clientes sean parte del plan de mejoramiento continuo del laboratorio. 

Metroflor: 

Bueno, ¿y cuál es, al final, la meta que persiguen con toda esta implementación?

Rodrigo Gil: Queremos trabajar muy de la mano con el sector, tanto en los laboratorios como en las áreas experimentales. Básicamente, lo que buscamos son puntos de encuentro entre la academia y el sector productivo, una pregunta común que nos permita trabajar juntos.

Metroflor: 

Hablemos un poco más sobre la implementación del registro…

Rodrigo Gil: Ha sido todo un reto para nosotros porque, si bien ya habíamos estado en un proceso de acreditación con el antiguo Laboratorio de Entomología, hemos tenido que actualizar el sistema de gestión de calidad que veníamos empleando. Estamos trabajando en implementar completamente la norma y el ICA nos auditará para revisar cómo va nuestro proceso en el cumplimiento de cada uno de los ítems.

Ahora, es importante mencionar que, si bien estamos esperando la auditoría, por políticas del sistema de gestión de calidad de la UTADEO, la Universidad contrató a una institución que se encarga de hacer una preevaluación a todo el sistema de calidad que tenemos en el laboratorio. Esto nos sirve para detectar de manera oportuna algunos puntos que tengamos por mejorar antes de que el ICA nos audite oficialmente.

Metroflor: 

¿Y el registro del ICA por cuántos años es?

Rodrigo Gil: Este registro tiene validez durante 10 años y es clave porque varias empresas lo han venido esperando. Los laboratorios registrados con los que cuenta el país, para hacer lo que nosotros hacemos, son relativamente pocos.

Metroflor:
Volvamos un poco a los servicios de los laboratorios. Cuéntenos un poco más del laboratorio LISA.

Rodrigo Gil: En la parte de suelos hacemos análisis de fertilidad, análisis de aguas para uso agrícola (más que todo para riego), análisis de tejido vegetal, de materiales orgánicos (como compostajes) y análisis de metales pesados en diferentes matrices, incluyendo determinación de cadmio en cacao. Para el caso de residuos de plaguicidas evaluamos diferentes matrices como frutas, vegetales, cereales, hierbas aromáticas y suelos, con el respaldo del alcance de la Acreditación con la ONAC.

El nuestro es uno de los pocos laboratorios en el país que tienen análisis específicos para suelos que se cultivan bajo invernadero. Para hacer estos análisis, tenemos un método que conocemos como el “método holandés” y está basado en extracción en agua, lo que lo hace ser específico para los suelos que se encuentran bajo ambientes protegidos (esto es perfecto para flores).

Sofía Naranjo: El proceso de las muestras que llegan al LISA inicia con la separación dependiendo del tipo de matriz: se manejan tejidos vegetales, suelos, materiales orgánicos y aguas. Cada uno tiene una forma de preparación diferente, por lo que tenemos dos hornos independientes donde almacenamos y secamos, según el tipo de matriz. Ya después de ser secadas, en el caso de los suelos o de los tejidos vegetales, las llevamos a la molienda. Almacenamos contramuestras por 60 días; en caso de una verificación, se toman las contramuestras para analizarlas. En el área de cuantificación, tenemos dos áreas en una: en una zona tenemos la parte de suelos y aguas y en la otra está la parte de inocuidad, y de esta manera evitamos contaminación cruzada y garantizamos la adecuada manipulación de las muestras de nuestros clientes. Adicionalmente, se usan diferentes tipos de equipos para realizar las cuantificaciones, como el espectrómetro de absorción atómica y el cromatógrafo líquido. Dando cumplimiento al Sistema de Gestión de Calidad del Laboratorio, todos los procesos analíticos y el cumplimiento de los controles de calidad son verificados antes de emitir resultados a los clientes, con el fin de garantizar la validez de los datos que son reportados.

Metroflor:

¿Qué tanta acogida ha tenido en la floricultura el LISA?

Rodrigo Gil: Tenemos varios clientes de flores durante sus dos temporadas altas de producción (Día de las Madres y San Valentín), que son las épocas en las que más hacen el estudio de suelos para sus exportaciones. Son, aproximadamente, 40 floricultores los que tenemos dentro de nuestros clientes, provenientes de Cundinamarca, Boyacá y Antioquia. Otros clientes importantes para nosotros están en los sectores del arándano, aguacate y forraje. En este último, el sector ganadero de la Sabana de Bogotá solicita análisis de pastos y forrajes para la determinación de proteínas.

Metroflor:

¿Y en cuanto a cannabis?

Sofía Naranjo: Tenemos un servicio acreditado con ONAC bajo la norma ISO/IEC 17025:2017 de determinación de residuos de plaguicidas en flor seca de cannabis. Además, estamos en la etapa final del desarrollo y validación de la metodología para la determinación de cannabinoides en flor seca de cannabis y sus derivados.

Rodrigo Gil: La idea es, próximamente, ofrecerle al sector del cannabis el servicio de cuantificación de la potencia de su producto.

Metroflor: 

¿Y qué servicios prestan en el LEMAA?

Viviana Contreras: LEMAA está conformado, básicamente, por dos áreas: Entomología y Microbiología Agrícola y Ambiental.

En la parte de entomología encontramos pruebas de eficacia mediante ensayos de actividad biológica en tres blancos de interés agronómico (mosca blanca, ácaros y thrips) y pruebas de control de calidad de bioinsumos. Ya en la parte de microbiología tenemos servicios de diagnóstico fitosanitario para identificación de Fusarium spp., pruebas de actividad biológica sobre Fusarium spp. y Botrytis spp. y de control de calidad de bioinsumos a base de microorganismos entomopatógenos. También tenemos un Departamento Técnico que se encarga de diseñar y ejecutar las pruebas de eficacia en campo, así como de generar los reportes que también sirven de soporte a los registros del ICA.

Rodrigo Gil: Hay que decir que ahora el LEMAA es uno de los pocos laboratorios autorizados por el ICA para realizar control de calidad de bioinsumos y/o extractos vegetales. En este sentido el registro que nos otorga el ICA bajo la norma técnica ISO/IEC 17025:2017 es garantía de reproducibilidad y veracidad de nuestros procesos y, en consecuencia, de nuestros resultados. Esta garantía la transferimos a nuestros clientes para que puedan ofrecer al sector floricultor bioinsumos de calidad que aporten a la producción sostenible de ornamentales en nuestro país.

Viviana Contreras: Dentro de las zonas de nuestro laboratorio contamos con diversos equipos que nos permiten realizar los procesos analíticos que se prestan en ambas áreas del LEMAA, dentro de ellos se tienen microscopios y estereoscopios que permiten la evaluación periódica de nuestros montajes. Para lo anterior trabajamos con material de referencia en thrips, ácaros, mosca blanca y microorganismos fitopatógenos y benéficos.

En el LEMAA se cuenta con metodologías que hemos desarrollado y adaptado según las necesidades de los ensayos, con lo que se busca replicar de la forma más cercana las condiciones que se presentan en campo.

Con este registro buscamos entonces, seguir siendo un referente a nivel Sabana de Bogotá para la determinación de la eficacia de bioinsumos y el diagnóstico fitosanitario de enfermedades en plantas, cuya trayectoria de más de 10 años de los laboratorios respalda nuestra experiencia y compromiso con el agro colombiano.