Por: I.A Esteban Jiménez
I.A Julio García
Valagro

El incremento de la población mundial, junto con el crecimiento de las zonas urbanas, han forzado al hombre a poner más atención en todos los recursos naturales. Entre ellos el suelo. 

Han contribuido al desgaste físico, químico y biológico de los suelos del planeta factores como la erosión, la deficiencia de agua, el sobrepastoreo, la ganadería, el agotamiento de nutrientes, la pérdida de materia orgánica y compactación del suelo, la pérdida de carbono orgánico, la falta de variedades adaptadas a cambios drásticos del clima, acidificación, salinidad y contaminación química ya sea por desinfección o aplicación directa, entre otros factores. (FAO, 2021).

Esta problemática implica una reducción en los rendimientos promedios de cada cultivo, generando retrasos, bajas productividades y baja calidad de los diferentes productos agrícolas. El riego inadecuado, la mala mecanización y la sobreexplotación también son factores que influyen en la degradación de los suelos.

Los factores limitantes, que pueden conducir a la “fatiga del suelo”, pueden agruparse así (Guareto, 2000):

  • Factores fitopatológicos de naturaleza parasitaria.
  • Factores nutricionales y de mal manejo de suelos.
  • Factores alelopáticos.

Un suelo productivo es aquel que conserva sus propiedades físicas, químicas y biológicas en un balance óptimo para suplir las necesidades de la planta.

Como agrónomos nos enfocamos en las características físicas del suelo y hoy en día somos expertos en el área química. Sin embargo, dejamos a un lado las propiedades biológicas que son igual de importantes y mantienen un equilibrio con las propiedades físicas y químicas, ya que el suelo es el hábitat natural de hongos, bacterias, virus, invertebrados e insectos, quienes forman un ciclo biológico de elementos y sustancias nutritivas para las plantas. 

¿Cómo evitar la degradación del suelo? 

Agronómicamente debemos adoptar soluciones efectivas para cada situación. Frente a la erosión, por ejemplo, debemos minimizar y evitar la labranza ya sea removiendo, cavando o volteando el suelo, hacer siembras directas, intentar incorporar materia orgánica que incremente la actividad microbiana garantizando la fertilidad natural y la protección de la superficie terrestre de los efectos de la lluvia y el viento, usar coberturas vivas o muertas, evitar el uso de herbicidas, la rotación y asociación de cultivos y siembra de especies que fijen nitrógeno para incrementar la disponibilidad de nutrientes, entre otras soluciones. (FAO, 2021)

La rizósfera

El ingeniero agrónomo alemán Lorenz Hiltner fue el primero en definir la rizósfera a finales del siglo XIX. Consideraba que era un efecto beneficioso en las plantas porque existía una mayor actividad microbiana debido a la liberación de compuestos orgánicos por las raíces. Sin embargo, no fue hasta finales del siglo XX cuando la rizósfera dejó de considerarse como un efecto, sino como un ecosistema en sí.

Podemos definir la rizósfera como la parte de suelo más cercana a las raíces de las plantas (1-5 mm) y que está bajo la influencia directa de estas. La rizósfera es considerada actualmente como un ecosistema constituido por tres componentes: planta, suelo y microorganismos. Está más que comprobado que la planta tiene una influencia vital en este ecosistema y que lo modifica a su voluntad en función de sus necesidades. Incluso se podría decir que la planta es quien “manda” en este ecosistema (INTAGRI, 2017). 

Las condiciones químicas y físicas (acidez, humedad, conductividad eléctrica y el potencial de oxidación-reducción Redox) están relacionadas en la cantidad y calidad del sustrato. Por esto es importante realizar aplicaciones de carbono orgánico de alta calidad para estimular la rizósfera de las plantas cultivadas en nuestras áreas de producción. (Garcia y Jimenez, 2022).

Los exudados producidos por la raíz de la planta son: azúcares, aminoácidos, ácidos orgánicos, enzimas, hormonas y otros compuestos que varían según la especie vegetal. Estos pueden determinar la asociación o interacción con el mundo biológico del suelo especialmente con los microorganismos. 

VIVA

Es un bioestimulante con un conjunto de ingredientes activos capaces de mejorar la eficiencia de la rizósfera con una acción equilibrada en la planta. Su forma balanceada aporta materia orgánica altamente purificada. Además, es una fuente de energía (polisacáridos), vitaminas, ácidos húmicos libres de contaminación, entre otros compuestos que brindan un equilibrio en el balance nutricional de la planta y de los microorganismos recién inoculados en el suelo.

VIVA: Actividad de reestructuración

VIVA es fácil de utilizar en la fertirrigación o Drench, siendo un producto apto para todos los cultivos que estén establecidos en suelos pobres de materia orgánica y de actividad microbiana.  También es recomendado para restablecer la microflora y microfauna en suelos desinfectados con biocidas. Actualmente es utilizado como prebiótico porque estimula el establecimiento, crecimiento y reproducción microbiana, proporcionando alimento a las nuevas poblaciones.

Principales características del VIVA:

Mejora la eficiencia de la rizósfera Los polisacáridos del bioestimulante VIVA promueven el desarrollo de la flora microbiana de la rizósfera. Los ácidos húmicos purificados tienen una acción positiva en la mejora de la estructura del suelo, creando condiciones ideales para el desarrollo de la raíz y por lo tanto mejorando la disponibilidad de nutrientes en la rizósfera.
Mejora el equilibrio vegeto-reproductivoLos ácidos húmicos purificados en VIVA favorecen la retención natural y absorción de sustancias útiles en las plantas. Las vitaminas PP, B9 Y B6 estimulan la actividad metabólica de la planta, mejorando su crecimiento equilibrado.
Aumenta la producciónLos aminoácidos y las proteínas realizan tareas estructurales, metabólicas (con respecto a las enzimas), de transporte y funciones de reserva, aumentando la calidad de la producción y el rendimiento de la misma.En la mineralización de los ácidos húmicos purificados VIVA libera gradualmente los elementos nutricionales que se convierten inmediatamente en disponibles para la planta.
Enfoque genómico

Enfoque genómico

El análisis genómico indica una acción equilibrada de VIVA sobre diversos procesos fisiológicos de la planta:

  • Desarrollo de la planta.
  • Percepción/señalización hormonal.
  • Respuesta al estrés.
  • Actividad metabólica.
Enfoque fenómico

Enfoque fenómico

Ensayos de medidas con Lemnatec Scanalyzer 3D en tomates (cv. lkram), en condiciones de estrés:

  • Suelo arenoso y estrés hídrico (-60% irrigación comparada con las condiciones estándar comenzando 15 días del trasplante).

Dos aplicaciones de VIVA (11 y 15 después del trasplante, cada una con 25 l/ha).    

Análisis de biomasa digital

Análisis de biomasa digital

El uso de VIVA en suelos arenosos y bajo condiciones de estrés hídrico aumenta la biomasa digital de la planta en un 130%, comparada con plantas sin tratar. 

Dosis e indicaciones de uso:

  • Es muy importante que el producto VIVA alcance el sistema radicular para que funcione correctamente.
  • Sugerimos aplicar el producto en el último pulso del día en caso de usar riego por goteo.
  • Si se aplica en Drench, utilizar mínimo 100 litros de solución final para garantizar un buen contacto con las raíces.
  • Dosis: 6-8 litros por hectárea.