
Por: Área Técnica Microfertisa SAS
En la floricultura, es frecuente incluir en los planes de manejo agronómico el uso de fitohormonas de crecimiento para estimular algunos procesos fisiológicos en la planta y mejorar los componentes de rendimiento del cultivo. Unas de las hormonas más usadas son las citoquininas, empleadas para la estimulación de brotes laterales y basales. El uso de esta o cualquier otra hormona genera cambios en la relación fuente (hojas) / demanda (raíces-basales) en la planta, un aspecto clave a tener en cuenta para entender la dinámica en la generación de brotes y tallos exportables en el cultivo.
El término “basaleo” se refiere a la estimulación de brotes o yemas en la base de la planta, especialmente en rosas, para aumentar la producción. Esta técnica potencia la formación de nuevos tallos florales desde la base de la planta, lo que resulta en una mayor cantidad de flores.
Esta práctica impacta en la productividad y ayuda a ofertar flores de diferente calidad para diversos usos y mercados. En las rosas, es importante inducir basales, ya que su número y calidad se correlacionan con la estructura (bioarquitectura) y producción de la planta. Estos brotes forman la estructura del arbusto y son la base de su productividad.
La inducción de brotación proporciona un mayor número de tallos y mejora las plantas desde su formación, determinando las cualidades de futuros tallos y permitiendo una mayor aceptación en el mercado (Laiton, 2021).
La poda en las plantas de rosa es la mejor forma de estimular una intensa emisión de brotes nuevos, ya que modifica el balance hormonal interno de la planta. Esto implica una redistribución significativa de los compuestos de reserva almacenados, lo cual genera un consumo transitorio de las reservas acumuladas en los tallos antiguos para destinar esta energía a la activación de yemas y nuevos brotes. Si la planta no tiene una buena fuente de carbohidratos, la formación de raíces y tallos se verá reducida temporalmente hasta que la planta fisiológicamente se logre equilibrar.
El desarrollo de los brotes está muy determinado por la calidad y extensión del sistema radical. Este sistema da la capacidad de absorber agua y nutrientes minerales, mientras que el crecimiento y desarrollo de las raíces depende tanto de la arquitectura previa a la poda como de la disponibilidad de carbohidratos acumulados y generados en la fuente (hojas). Al ser una especie perenne, la rosa conserva grandes cantidades de nutrientes en sus raíces, que funcionan como un importante depósito para sostener el crecimiento vegetativo.
La poda también incrementa la producción de citoquininas en las raíces, lo cual se refleja en mayores concentraciones de estas hormonas en la parte aérea de la planta. Este aumento hormonal juega un papel clave en la activación de la división celular, la emisión de brotes laterales y el desarrollo de tallos más largos y diferenciados.
Las citoquininas influyen en los procesos de división y diferenciación celular, la actividad meristemática, la calidad de la relación fuente/demanda y, por ende, en la brotación. La aplicación exógena de estas hormonas a la planta suprime la dominancia apical inducida por las auxinas y promueve la diferenciación y generación de nuevos brotes (Kool, 1997).
El mal uso de estas y otras hormonas provoca un desbalance en la planta, generando múltiples brotes (no todos deseables) con un alto gasto energético y una mayor demanda de sustrato respiratorio. Si esto no se suple con una nutrición adecuada, se generará un desbalance en la distribución de nutrientes, llevando a una mala producción y plantas con necesidades de refuerzos nutricionales muy fuertes y específicos.
Este desbalance generará brotes ciegos, delgados, cortos y de poco vigor. La calidad del follaje (fuente) se verá afectada, con menos hojas, pequeñas y de poca duración en actividad fotosintética. Si a esto se le suma una desfavorable oferta ambiental, como baja luminosidad, grandes variaciones de temperatura y un desbalance nutricional, el resultado podría no ser el mejor.
El mercado de rosas, determinado por las diferentes temporadas (Navidad, San Valentín, Madres) y los periodos de producción continua, obliga a realizar un manejo controlado de las podas y, por ende, de la estimulación de nuevos brotes. Desde mayo a octubre se tiene producción continua y se prepara la planta para las siguientes temporadas. En este periodo se realiza basaleo para duplicar los tallos y tener flores para producción. También se realiza el “descabece” de flores cortas para inducir una mejor relación fuente/demanda que permita optimizar la distribución de fotoasimilados a tallos y raíces.
Una de las formas más usadas para realizar el basaleo es mediante la técnica del rayado, que consiste en rayar la parte inferior del tallo y aplicar citoquininas. Esta técnica puede provocar un desbalance hormonal en la planta que será difícil y costoso de corregir, ya que la planta va a generar una multibrotación en su gran mayoría con tallos ciegos, que posteriormente deberán ser podados o descabezados. Por lo general, con esta práctica se logran producir 5 basales, de los cuales se deben podar 3, y si no tiene el suficiente vigor, se debe podar uno más, resultando en un solo basal extra (Ayala Flores, 2011).
Esta práctica genera estrés en la planta que se traduce en una reducción de la tasa fotosintética y, por lo tanto, un mayor gasto energético para soportarlo. El consumo del sustrato para generar esta energía se da en el proceso de respiración, en el cual las plantas usan como sustrato energético los carbohidratos generados en la fotosíntesis.
Una disminución en la tasa fotosintética, ya sea dada por la poda o por el desbalance hormonal generado por el basaleo y la aplicación de citoquininas, genera un aumento desmedido en la respiración de crecimiento y una baja respiración de mantenimiento, lo cual generará que la gran mayoría de reservas y sustrato respiratorio de la planta sea consumido para generar los nuevos brotes estimulados por las citoquininas. Cuando estos nuevos brotes se activen y empiecen a requerir fotoasimilados para su mantenimiento, la respiración de mantenimiento va a aumentar y la planta no va a tener el suficiente sustrato respiratorio para mantener esos brotes nuevos, por lo tanto, se generan los tallos ciegos y plantas “sanconas”.
El Manejo Integrado de la Bioestimulación Microfertisa (MF MIBio) busca usar bioestimulantes de acción más “noble” y menos residual en la planta. Uno de estos bioestimulantes son los extractos de algas marinas como Ascophyllum nodosum, que son una tecnología alternativa para reemplazar o combinar la estimulación con reguladores de crecimiento hormonales de síntesis química. Las algas pueden ser aplicadas en mezcla con aminoácidos de origen vegetal como los formulados en MF Cerostress. Esta mezcla brinda una sinergia potente, ya que la aplicación de aminoácidos resulta ser una de las formas más eficaces de suplementar sustrato respiratorio para balancear la respiración de crecimiento y mantenimiento, y así lograr que la planta pueda suplir la energía que demanda la activación de basales resultantes de la bioestimulación con los extractos de algas.
Las algas pardas (Ascophyllum nodosum) son una fuente natural de compuestos bioestimulantes, ya que su composición química incluye carbohidratos, proteínas, fitohormonas y metabolitos secundarios como polifenoles y terpenos, que mejoran el crecimiento. Además, forman complejos con iones de Zn (II), indispensables para la formación de quelatos. Por otro lado, se han descrito oligosacáridos como el manitol de algas pardas, que son capaces de formar de manera efectiva complejos con átomos de boro, mejorando su absorción (Di Filippo, 2018).
Una de las estrategias del manejo integrado de la bioestimulación planteado por Microfertisa – MF MIBio está enmarcado en el uso de MF ALGAS 500®, que es una fuente de extracto de algas pardas marinas (Ascophyllum nodosum) originarias de los mares helados de Irlanda del Norte. Estas algas actúan como “efecto priming” en la activación de la síntesis de hormonas naturales de la planta y conllevan a la formación de más y mejores raíces y basales.
Aplicaciones en mezcla con el bioestimulante MF Cerostress, producto líquido para aplicación foliar o en drench, formulado con micronutrientes, aminoácidos 90 g/L de origen vegetal obtenidos a partir de hidrólisis enzimática y con una importante concentración de magnesio (MgO) 70 g/L y micronutrientes son una potente mezcla para la activación fisiológica en la planta y la consecución de más y mejores tallos exportables.
En la Tabla 1 se evidencia el resultado en un ensayo realizado en Rosa sp. en la sabana de Bogotá con la aplicación de la mezcla MF MIBio con MF Ceroestress + MF Algas 500: de basales y flores con mejor porte.

Dentro del manejo MF MIBio resulta mucho más beneficioso para la planta generar estimulación con productos naturales como los extractos de algas, que generan una bioestimulación de basales de forma natural y no de una manera brusca como con los productos de síntesis química. Sumado a esto, para poder contrarrestar el estrés que producen tanto el basaleo como las podas, la aplicación de aminoácidos cumple la función como suplemento y fuente de sustrato respiratorio. Esta mezcla permite optimizar el metabolismo, equilibrar el consumo energético destinado a la respiración de mantenimiento y redirigir los carbohidratos y aminoácidos producidos hacia sus procesos fisiológicos normales, especialmente en condiciones de estrés.
Esto genera plantas hormonal y nutricionalmente más balanceadas que estarán en mejor disposición fisiológica y agronómica para las diferentes temporadas del mercado.
Agradecimientos
I.A. M. Sc. Fisiología de Cultivos Juan C. Arbeláez, I.A. Oscar Moya (departamento técnico MF), I.A. Sergio Sánchez, I.A. Javier Ballen (RTCs MF Flores).
Bibliografía
Ayala Flores, P. E. (2011). Evaluación de 4 métodos de inducción de basales en plantas maduras de rosa (Rosa spp), variedad Vendela en la Florícola Sigesa Flowers. Universidad Politécnica Salesiana, 1-97.
Di Filippo, D. A. (2018). Actividad bioestimulante de extractos de macroalgas y su evaluación sobre el crecimiento de frijol mungo (Vigna radiata). Instituto Politécnico Nacional Centro de Áreas Marinas.
Henandez Perez, F. D. (2015). Aplicación de Aminoácidos y carbohidratos de forma exógena en Rosal. Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro, 1-51.
Kool, M. T. (1997). Basal-shoot formation in young rose plants: Effects of bending practices and plant density. Journal of Horticultural Science, 72(4), 635–644.
Laiton, M. (2021). Evaluación de la brotación basal y de la producción de rosa en respuesta a la aplicación de citoquininas. Universidad Nacional de Colombia, 1-69. Marcelis-van Acker, C. A. (1993). Morphological study of the formation and development of basal shoots in roses. Scientia Horticulturae, 54(2), 143-152.