En esta edición especial en homenaje al ingeniero agrónomo, entrevistamos a Liliana Poveda Garzón, destacada agrónoma con 30 años de experiencia en el sector floricultor. Nacida en Ibagué, de madre quindiana y padre tolimense, proviene de una familia dedicada a la salud dental. Liliana decidió apartarse de la tradición familiar para forjar su propio camino en la agronomía. Es madre de dos hijas, su mayor tesoro y orgullo, quienes, curiosamente, no siguieron sus pasos en agronomía, optando en cambio por carreras en Medicina Veterinaria y Zootecnia.
Liliana estudió en la Universidad de los Llanos Orientales, donde empezó con Medicina Veterinaria y Zootecnia para muy pronto entender (gracias a una materia sobre manejo de pastos, forrajes y procesos del suelo) que le apasionaba mucho más la ingeniería agronómica. Así que hizo el cambio y de inmediato se vio inmersa en una carrera muy dinámica, con gran campo de acción y que desde el primer semestre combinaba teoría y trabajo de campo.
El suelo, la base de todo
Desde sus inicios en la agronomía Liliana se convirtió en una apasionada por el estudio del suelo. Para comenzar, su tesis de pregrado fue un estudio sobre la meso y macrofauna edáfica en diferentes cultivos del Llano. Hoy, después de 30 años de servir en múltiples fincas de flores, se ha presentado a nuestra cita – que tuvo lugar en una de las fincas donde presta asesoría- cargada de implementos para examinar y diagnosticar el suelo. “Uno como ingeniero agrónomo debe meterse, untarse”, nos explicaba mientras nos mostraba sus guantes, su lupa, sus tijeras y la navaja que utiliza para mirar la actividad radicular y las características físicas del suelo.
La mayor parte de nuestra entrevista giró en torno a un tema fundamental y la gran pasión de Liliana: el suelo. Con entusiasmo, nos explicó que el suelo es “un agregado biológicamente vivo y activo donde interactúan muchos organismos” que necesita mantenerse en equilibrio. Según Liliana, un mal manejo puede hacer que esta maravilla de la naturaleza pierda su vitalidad y se convierta en un simple sustrato sin vida.
Le pedimos a Liliana que compartiera sus recomendaciones para mantener el equilibrio del suelo y evitar su agotamiento. Su consejo clave para “mantener el suelo saludable” es fomentar el crecimiento y conservación de microorganismos beneficiosos. Además, recomienda buenas prácticas agronómicas, como la adecuada preparación del suelo, la utilización de productos para llenados biológicos, el uso de biorracionales y extractos vegetales para limitar la presencia de insectos plaga y organismos fitófagos, sin perjudicar a los organismos benéficos.
Liliana nos dio un ejemplo claro: para hacer un manejo biológico integrado y sostenible para hongos fitopatógenos limitantes en floricultura, sugiere inocular en el suelo, antes de la siembra, microorganismos no patógenos que compitan naturalmente. Dichos microorganismos compiten por los recursos, logrando un control biológico eficaz. Aunque los resultados de estas prácticas no son inmediatos, su eficacia es segura. Requiere, eso sí, mucha disciplina y un conocimiento preciso del momento ideal para las aplicaciones. “Hay que proveerle al suelo primero, para que él nos entregue beneficios, representados en buenas producciones” recalca Liliana, recordando lo fácil que es perder de vista el proceso por estar “apagando incendios” y no involucrarse con el mundo invisible del suelo en el día a día.
Para nuestra entrevistada, la relación más importante en el proceso productivo es la relación suelo-planta-agua. En la medida en que la armonía se mantenga en esta ecuación, los resultados en la floricultura se reflejarán en mayor productividad y rentabilidad. Afirma que, si se manejan correctamente las partes físicas, químicas y biológicas del suelo, la mitad de los inconvenientes agronómicos de un cultivo quedan solucionados.
Otra de las buenas prácticas para el manejo de suelos que menciona Liliana tiene que ver con el examen de viabilidad y preparación. Es de vital importancia evaluar la textura, estructura, capas, oxígeno y movimiento del agua en el suelo. Un examen correcto puede permitir estimar cómo se desarrollaría la raíz en el terreno y qué preparación se necesita para establecer un cultivo exitoso.
¿Hidroponía o cultivo en suelo?
Era inevitable formular esta pregunta a Liliana, que tanto nos había hablado del suelo. Nos respondió que si las condiciones que se diagnostiquen en el examen de viabilidad son favorables, prefiere sembrar en suelo por dos razones. La primera es que el suelo tiene la capacidad de soportar condiciones desfavorables; la segunda es el costo de producción.
El cultivo hidropónico no tolera fallas en los pulsos de fertirriego; basta un día de ausencia de riego para que las consecuencias sean irreversibles, causando pérdidas económicas. El suelo, por el contrario, resiste más situaciones como esa. Además, dado que el recurso hídrico es cada vez más escaso y costoso, la rentabilidad y sostenibilidad son objetivos clave en la floricultura.
¿Qué tan responsable es la floricultura con el suelo?
En opinión de nuestra entrevistada, la evolución de la floricultura en Colombia es positiva en este aspecto. No solamente porque hay mucha más conciencia, sino también porque se tienen que cumplir las exigencias del ICA y porque para que los ornamentales sean competitivos en los mercados internacionales deben cumplir con varios sellos de calidad que involucran prácticas sostenibles a nivel ambiental.
Recorrido profesional
Como contábamos al principio, Liliana ha dedicado toda su vida al sector de las flores y, aún hoy, después de estar pensionada, sigue asesorando fincas como parte de la empresa RMS asesores, comandada por el ingeniero Pedro Vásquez.
La carrera de nuestra protagonista comenzó en Maxima Farms (actualmente Árboles Santa Cruz), donde tuvo la fortuna de realizar un Manual sobre el Manejo Productivo de Clavel Standard desde propagación hasta postcosecha, de la mano de Victoria Suárez, una experta en el sector (entrevistada previamente por Metroflor).
Posteriormente, su habilidad la llevó al área de Investigación y Desarrollo, donde dedicó dos años a trabajar en proyectos innovadores junto a pasantes de la Universidad de los Andes, aportando mejoras y nuevas técnicas al cultivo.
Su siguiente puesto fue en Natuflora (hoy Maxiflores), donde asumió la responsabilidad de la propagación y enraizamiento de diversificados en las mañanas, y del proceso de postcosecha en las tardes. Luego se especializó en el manejo de rosas, trabajando en empresas emblemáticas como Americaflor, Grupo Funza, Rosas Colombianas, Catama y Excellence, acumulando una impresionante experiencia de más de 20 años en este delicado arte. Por si fuera poco, Liliana también se adentró en el mundo del cannabis, como coordinadora MIRFE de un proyecto en Guamo, Tolima, donde aplicó todo su conocimiento y destrezas para este cultivo emergente.
En conclusión, en esta edición tuvimos el privilegio de entrevistar a una destacada ingeniera agrónoma, cuya experiencia técnica y trayectoria en el manejo de las especies ornamentales más relevantes del sector la convierten en una autoridad en floricultura. Su pasión sigue viva: continúa asesorando proyectos y es una figura habitual en los principales eventos de la industria, donde frecuentemente la encontramos actualizándose en las nuevas tendencias y propuestas aplicables a la floricultura.
Para terminar…
No podíamos despedirnos sin preguntar a Liliana su opinión sobre Metroflor y sin pedirle que les enviara un mensaje a nuestras lectoras agrónomas en su día.
En cuanto a Metroflor, Liliana conoce la revista hace largos años y le ha servido en varias fases de su vida profesional, en especial los artículos técnicos, que considera una parte importante de su biblioteca de consulta. También se divierte con la parte gremial de la revista, que revisa cada vez que cae en sus manos algún ejemplar.
A las agrónomas
En flores todo se debe hacer con mucho amor, responsabilidad y compromiso. Se trata de un sector demandante en tiempo, por lo que hace un reconocimiento especial a sus colegas, pero en especial a las mujeres, toda vez que ser mamá, psicóloga, niñera, ama de casa, conductora y agrónoma, entre tantas otras cosas, no es fácil, pero es algo que ellas logran hacer y hacerlo con éxito y alegría.
Agradecemos a Liliana por esta inspiradora entrevista y le deseamos un ¡feliz día del ingeniero agrónomo!