Por: Camilo Echeverri Erk, I.A.
La inteligencia artificial (IA) y sus usos en múltiples campos de la vida, así como sus beneficios y posibles riesgos, son temas de gran actualidad.
La IA es un campo de la informática que se enfoca en crear sistemas que pueden realizar tareas que normalmente requieren inteligencia humana como el aprendizaje, el razonamiento y la percepción (www.iberdrola.com).
Al matemático de origen británico Alan Turing, considerado el padre de la IA, se le atribuye la frase de 1951: “Si una máquina pudiese pensar, podría hacerlo de forma más inteligente que nosotros”. Sin embargo, el término IA fue acuñado por el informático y matemático estadounidense John McCarthy en 1956 (www.tableau.com), quien impulsó, en la década de 1960, el primer lenguaje de programación de IA, LISP (procesamiento de listas, por su acrónimo en inglés).
Un ejemplo actual de desarrollo de la IA es ‘chat GPT’, un programa creado por Open AI, compañía de Elon Musk y Sam Altman. Se trata de un ‘chatbot’ que utiliza el aprendizaje por refuerzo para generar respuestas casi humanas, siendo útil en áreas como atención al cliente y generación de contenido. Su uso por parte de estudiantes genera dudas sobre la autoría real de las tareas que estos presentan a sus profesores. Los defensores de este uso sostienen que son los profesores los que tienen que adaptarse a las nuevas tecnologías, generando nuevas estrategias para garantizar el real aprendizaje por parte de los alumnos.
– análisis de datos.
– trabajos de salud asistidos por IA.
– ingenieros y desarrolladores de IA.
– artistas de 3D.
– consejeros en acondicionamiento físico.
– asesores de ética en materia de IA.
El mismo portal lista el ‘top 10’ de los empleos que pone en riesgo la IA:
– matemáticos.
– asesores fiscales, de gestión y contables.
– analistas financieros.
– burócratas del sector judicial.
– secretarios(as) y administrativos.
– diseñadores informáticos.
– traductores.
– analistas demoscópicos.
¿Qué está ocurriendo en el sector agrícola en relación con la IA?:
Portal Frutícola, en su publicación del pasado 27 de mayo, hace referencia a las soluciones innovadoras que ofrece la IA para mejorar la eficiencia, la productividad y la sostenibilidad de este sector, en los siguientes campos:
1. Monitoreo de cultivos y análisis de suelos:
A través del uso de imágenes satelitales y drones se puede obtener información sobre el estado nutricional de los cultivos. Los análisis de suelos de las áreas que presenten crecimiento deficiente permiten implementar estrategias localizadas de corrección de deficiencias nutricionales.
2. Detección de plagas y enfermedades:
El empleo de algoritmos de análisis de imágenes permite la detección temprana de signos y síntomas de afecciones fitosanitarias, facilitando la implementación oportuna de medidas para evitar la propagación de los organismos causales, disminuyendo así la necesidad de uso de pesticidas y las pérdidas de producción.
3. Optimización del riego:
Los sistemas inteligentes están en capacidad de ajustar las cantidades de agua según las necesidades específicas del cultivo, a través de sensores de humedad de suelo y uso de datos climáticos.
4. Gestión de cosechas:
El análisis de datos históricos y actuales sobre el crecimiento y desarrollo de los cultivos permite predecir de forma más acertada el momento óptimo de cosecha, lo cual redunda en mejoras de calidad y rendimiento.
5. Agricultura de precisión:
Los sistemas de GPS y sensores de campo recopilan datos que hacen más eficiente la aplicación de insumos (fertilizantes, pesticidas, etc.) que se traducen a su vez en menores costos y reducción del impacto ambiental.
Los anteriores beneficios y otros resultantes del uso de la IA en agricultura saltan a la vista. Una de las grandes preguntas que surgen es el impacto que tendrá la tecnología en las labores que hoy en día realiza el personal de campo. En el caso de los profesionales, se podría pensar que no serán reemplazados por los programas de IA, sino que estos serán una herramienta complementaria para gerenciar adecuadamente los cultivos. Seguramente, los contenidos de los programas de formación técnica, tecnológica y universitaria tendrán que incluir materias relacionadas con el uso de IA.
Por otro lado, cabe también preguntarse sobre las limitaciones que tiene el uso de algunas herramientas de IA en cultivos bajo cubierta, debido a la dificultad de utilizar imágenes satelitales y el uso de drones dentro de los invernaderos.
Como toda nueva tecnología, la aplicación de la IA en agricultura sin duda traerá grandes beneficios. El reto del sector está en prepararse oportunamente para su implementación gradual y segura, mitigando al máximo su impacto negativo sobre la generación de empleos.